El año pasado fue el tercero consecutivo de aumento en esta partida. Solo en 2017, el peso de las acciones cotizadas en el balance de los fondos de pensiones se incrementó un 13,5%, más de 2.600 millones de euros en números redondos hasta alcanzar un 12,8% del patrimonio total de estos vehículos, un porcentaje que también supone máximos de una década.
Este vuelco hacia la renta variable se imputa a la búsqueda de rentabilidades al margen de los productos más vinculados a esta clase de vehículos de previsión, golpeados por el entorno de tipos de interés al 0% impuesto por los grandes bancos centrales.
Si se amplía un poco más el rango de activos de mayor riesgo a considerar, en el epígrafe de participaciones en capital y fondos de inversión la tendencia alcista suma ya seis ejercicios encadenados. Los 48.092 millones que se sumaron al cierre de 2017 suponen récord en la serie histórica que maneja el Banco de España. En este último año, sólo ha adelgazado el patrimonio en acciones no cotizadas, que cede un 8,4%.
Por lo que se refiere a su peso relativo sobre el total de activos financieros de estos vehículos de inversión, esos 48.092 millones representan un 34,5% de los 139.396 millones en balance, el peso más alto en la serie histórica iniciada por el BdE en 1994. El porcentaje no ha hecho más que engordar en todos los trimestres de este último ejercicio, mientras que en otros recientes se han venido produciendo vaivenes de un trimestre para otro. Un síntoma más de que el trasvase de capitales ha sido continuado y uniforme.
Este salto es igualmente notorio al medir la participación de los fondos de pensiones en fondos de inversión. Al cierre del año pasado, la posición agregada ascendía a 30.104 millones de euros, un 19,7% más que al término del año anterior y una cifra insólita desde septiembre de 2014. Desde la industria se había advertido de este vuelco por la búsqueda de productos menos conservadores que generasen una mayor rentabilidad que los depósitos y títulos de deuda puros, con tipos más reducidos y en los que se ha producido una generalizada desbandada.
CAE LA EXPOSICIÓN A DEUDA Y DEPÓSITOS
La asunción de más riesgo en las carteras de estos fondos de pensiones supone una reducción del peso de otros activos más habituales, por su perfil conservador. Los datos del BdE muestran una caída del 5,8% en valores representativos de deuda, que es más pronunciada en valores a corto plazo, aquellos en los que varios países europeos y otras economías mundiales de primera fila han entrado en tipos negativos. Aquí, el recorte es de nada menos que el 26,9% en el último año y ya solo se acumulan posiciones por 1.197 millones de euros. De nuevo la marca bate referencias, en este caso a la baja, desde septiembre de 2014.
Por lo que se refiere a los depósitos, la retirada en el último año asciende a 760 millones de euros. Así, la cifra de este epígrafe se queda en 13.759 millones de euros, representativos de un 9,9% del total de activos financieros de los fondos de pensiones españoles. El retroceso en el peso relativo es inferior a un punto porcentual en el último año, pero suficiente para marcar su cota más baja desde el cierre del año 1999, cuando esta relación se redujo a un 9,1%.
Solo en el último año, el peso de las acciones cotizadas en el balance de los fondos de inversión engordó un 13,5%, más de 2.600 millones de euros en números redondos. Este vuelco hacia la renta variable es fruto de la búsqueda de rentabilidades al margen de los productos más vinculados a esta clase de vehículos de previsión, consecuencia del entorno de tipos cero impuesto por los grandes bancos centrales.
Este es el tercer año consecutivo de aumento en esta partida. No obstante, en el epígrafe de participaciones en capital y fondos de inversión, la tendencia alcista suma ya seis ejercicios encadenados. Los 48.092 millones que se registraron al cierre de 2017 suponen récord en la serie histórica que maneja el Banco de España, sólo ha adelgazado el patrimonio en acciones no cotizadas en el último año, que cede un 8,4%.
Por lo que se refiere a su peso relativo sobre el total de activos financieros de estos vehículos de inversión, la cifra representa un 34,5% de los 139.396 millones en balance. De nuevo, máximo desde 1994, año en el que arrancan los datos compilados por el organismo público. El porcentaje no ha hecho más que engordar en todos los trimestres de este último ejercicio, mientras que en otros recientes se han venido produciendo vaivenes de un trimestre para otro. Un síntoma más de que el trasvase de capitales ha sido continuado y uniforme.
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