El rebrote de las tensiones geopolíticas ha sido el camino de regreso para una volatilidad que permanecía adormecida en los mercados y había animado durante largos meses la toma de posiciones en activos de riesgo. Ahora que las bolsas tiemblan y los bonos recuperan rentabilidad, muchos inversores desandan el camino recorrido y otros se lanzan a la compra de activos refugio para amortiguar los golpes que pudieran estar por venir.

Los últimos informes sobre flujos de inversión coinciden en este análisis: el mercado vuelve a posiciones más conservadoras. El oro, activo refugio por excelencia, y la renta fija soberana son protagonistas indiscutibles de este cambio de tornas que se repite en España y Europa y se extiende al conjunto de los mercados desarrollados.

El último Barómetro de Carteras Españolas de la gestora Natixis concluye que los inversores a este lado de los Pirineos ¿parecen reducir su perfil de riesgo al pasar flujos del perfil moderado al conservador¿. Así, mientras que ¿no se han añadido posiciones significativas en renta variable¿, en renta fija ha continuado la ¿búsqueda de alternativas al `high-yield¿ y a los bonos europeos de larga duración¿.

La contención en la apuesta por las bolsas se explica, según Juan José González de Paz, consultor sénior de inversiones en PRCG Natixis, porque parece descontado ya ¿un excelente escenario tanto macroeconómico como microeconómico¿ que hace que el riesgo de que la realidad no sea tan buena como pintan las expectativas se traduzca en una drástica corrección. La apertura del abanico en bonos tiene su justificación para los inversores y gestores españoles en ¿la creciente preocupación por la liquidez¿ de los títulos de alta rentabilidad y en el bajo rendimiento que aportan los de largo plazo, explica el experto.

A lo largo del mes de abril, y solo en Europa, se han registrado entradas por cerca de 1.500 millones de euros en productos cotizados (ETP) referenciados a materias primas, de los que casi 850 millones solo en oro. Así lo explica el último informe de BlackRock sobre este segmento de inversión. La búsqueda de refugio se refleja en retiradas desde fondos cotizados (ETF) de renta variable combinadas con el ¿incremento significativo de los flujos captados por productos de renta fija¿, señala Aitor Jauregui, responsable de negocio del gigante de Wall Street para Iberia. El experto atribuye este cambio de tornas principalmente a ¿un divergente nivel de confianza respecto de los mercados de renta variable¿ y a ¿las continuas tensiones en el plano comercial entre EEUU y China¿.

MÁXIMOS DE CASI UN AÑO PARA LOS ETF DE DEUDA

Como consecuencia de este cóctel, la industria de productos cotizados, muy empleados a la hora de fijar estrategias de cobertura sobre otras posiciones, movilizó fondos por 29.600 millones de euros en abril. Más del doble que en marzo. A la cifra, señala el informe de BlackRock, ha contribuido significativamente la entrada de capitales en productos sobre renta fija, que con 14.500 millones ha marcado máximos de diez meses. Mención especial para los productos vinculados a los bonos del Tesoro de EEUU, que en pleno repunte hasta el 3% de rentabilidad del a diez años, acapararon 5.500. millones de entrada, un 38% del total en la categoría. El segundo puesto, para otros papeles que hasta hace poco carecían de gran atractivo por su bajo rendimiento: bonos corporativos de grado de inversión. Con 2.700 millones.

La responsable de estrategia de inversión en Europa de iShares en BlackRock, Wei Li, subraya la entrada masiva de capitales en el oro. Con entradas netas de capital por más de 1.400 millones de euros en ETF sobre el preciado metal, se ha alcanzado ¿el más alto nivel comprador desde febrero¿, cuando se produjo un brusco retroceso de las bolsas a escala mundial. En su diagnóstico de esta fuerte entrada de dinero inversor, cita los dos mismos argumentos que su colega en España. Algo que, en su opinión, también está detrás de que los productos cotizados de inversión sobre bonos soberanos  hayan permanecido como ¿los más populares por tercer mes consecutivo¿; con especial preferencia por los de corta duración, ¿que aportan una rentabilidad por encima de la inflación que no se da en [otros] activos refugio¿.

EL ORO FÍSICO TODAVÍA PUEDE ESPERAR

Desde Bank of America ¿ Merill Lynch explican en un reciente comentario de mercado que estamos ante ¿un mundo necesitado de un puerto seguro¿ en materia de inversión. La entidad define este baluarte como ¿instrumentos que actúan como almacén de valor en tiempos de volatilidad y que pueden lubricar el sistema financiero¿. Esto se ha traducido en una ¿demanda global¿ más que en una simple demanda regional por los bonos soberanos que se extiende también a los europeos, ¿cuyo estatus como refugio está mejorando¿.

El analista de materias primas Carsten Menke, de Julius Baer, añade otro punto a este escenario. El oro ha caído ligeramente de precio hacia el entorno de los 1.300 dólares por onza mientras el dólar ha ganado fuerza frente a sus principales pares internacionales. Esto, además de evidenciar la relación entre el metal y el `billete verde¿, muestra que la demanda se concentra en productos de inversión y no tanto sobre el oro físico, explica.

La entrada en lingotes supondría un paso más en la cobertura de carteras, el cual se produciría una vez que las tensiones geopolíticas existentes tomaran un calibre mayor, adelantan expertos. El director de Degussa en España, Tomás Epeldegui, ha señalado que, en la diversificación de patrimonio, la inversión en oro físico supone ¿disponer de liquidez en los malos momentos¿. Este es el motivo por el que, de momento, el capital no se está trasladando con fuerza hacia este tipo de inversión, ya que por ahora se están buscando coberturas en activos refugio que aporten rentabilidad, pero aún no tanto una preservación de capital sin rendimientos. Sí que se busca, también, tomar distancia de los riesgos crediticios que comienzan a vislumbrarse en los bonos de alta rentabilidad o 'high-yield', los mismos que hasta hace pocos meses copaban las recomendaciones de los gestores en renta fija.