Asimismo, las autoridades han revisado drásticamente a la baja el dato de crecimiento anualizado del PIB correspondiente al cuarto trimestre de 2017, cuando la economía japonesa creció un 0,6% en vez del 1,6% estimado previamente.
La caída de la actividad en Japón durante el primer trimestre del año refleja el impacto de la bajada de la demanda doméstica, con un retroceso interanual del 0,9%, incluyendo una caída del 1,2% de la demanda privada y un descenso del 8,2% de la inversión privada residencial.
Por su parte, las exportaciones de Japón experimentaron en el primer trimestre del año un incremento interanual del 2,6%, mientras las importaciones subieron un 1,2%.
En comparación con los tres meses anteriores, el PIB japonés en el primer trimestre experimentó una contracción del 0,2%, después de haber crecido a un ritmo del 0,1% en los tres meses anteriores.