La institución que gobierna ahora Pablo Hernández de Cos subraya que el dinamismo de la actividad habría continuado sustentándose en el segundo trimestre en la fortaleza de la demanda interna, con el consumo privado manteniendo "ritmos elevados de avance" por la mejora del empleo y de las rentas de los hogares.
No obstante, el Banco de España advierte de que en el tramo final del trimestre "podría haberse producido un cierto debilitamiento del consumo, como consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo que se deriva del repunte de la inflación".
En cuanto a la inversión, el organismo afirma que la realizada en bienes de equipo se habría recuperado en el segundo trimestre tras la debilidad del primero.
A medio plazo, las proyecciones más recientes publicadas por el Banco de España apuntan a una prolongación de la fase alcista del ciclo, en un contexto "en que se espera el mantenimiento del tono expansivo de las políticas de demanda y de la trayectoria favorable de la economía mundial".
"El crecimiento del PIB tendería, no obstante, a moderarse en los próximos años como consecuencia del alza reciente del precio del petróleo, una contención gradual de los ritmos esperados de avance de los mercados exteriores y un cierto atemperamiento del impulso expansivo procedente de la política monetaria".
Así, tras avanzar un 2,7% este año, el Banco de España prevé que el PIB crezca un 2,4% y un 2,1% en 2019 y 2020, respectivamente.
Junto a los riesgos relativos al entorno exterior, el Banco de España advierte de que este escenario favorable está sometido a "las incertidumbres" sobre el futuro de las políticas económicas, derivadas de una composición parlamentaria que puede dificultar la conformación de mayorías que impulsen la actividad legislativa.