Un 3,7% de los hogares no puede permitirse comer carne, pollo o pescado al menos cada dos días; un 34,3% no puede irse de vacaciones al menos una vez al año y un 8,8% se retrasa en el  pago de la hipoteca, recibos de luz, gas¿ Esta fotografía es la que hace el INE de los hogares en 2017.

En junio el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado la Encuesta de Condiciones de Vida de 2017. Sus resultados, comparados con los de un año antes, han llenado titulares en los medios de comunicación resaltando cómo se ha mejorado tanto en la tasa de riesgo de pobreza, como en la situación económica de los hogares, o en los ingresos medios.

Una lectura más exhaustiva de estos datos matiza tanta euforia. En 2007, esto es, hace diez años, los datos eran mejores con carácter general. Bien es cierto que a partir de ese ejercicio España se sumió en una fortísima crisis cuyas secuelas todavía son notables.

Varias de las principales cifras macroeconómicas también evidencian que no nos hemos recuperado, al menos en paro y déficit. Otra cosa es el PIB per cápita que ha pasado de 23.900 euros en 2007 a los 25.000 el pasado año; o el PIB total de 1,16 billones en 2017, también superó ya al existente antes de la crisis.

Desde una óptica más terrenal, los datos que ahora publica el INE dejan un panorama sombrío si se comparan los ejercicios 2007 y 2017. O dicho de otro modo, delatan que España aún necesita mejorar para curar de una vez por todas las heridas de la crisis.

El porcentaje hogares que vive en riesgo de pobreza sube del 19,8 al 21,6%. Un 34,3% de los hogares no puede permitirse irse de vacaciones al menos una vez al año frente a un 37,9% que tampoco podía antes. Un 3,7% de los hogares no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días frente al 2,4% de hace una década. Es, además, el porcentaje más alto en estos diez años. Prácticamente igual es el número de hogares que no puede permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada (8%). La renta media por persona sí ha mejorado, al pasar de 10.737 euros al año a los 11.074 euros. El porcentaje de hogares que no tiene capacidad de afrontar gastos imprevistos ha aumentado del 30,8% al 36,6%. Muy similar en este año es el porcentaje (4,9% y 4,7%) de hogares que no puede permitirse disponer de un automóvil. En cambio, ha bajado el porcentaje de hogares que no puede permitirse disponer de un ordenador personal. Ha empeorado el dato de hogares que ha tenido retrasos con su vivienda principal (hipoteca, alquiler, recibos de gas, comunidad¿) al pasar del 6,6% al 8,8%.

Respecto a las condiciones de las viviendas, el INE evidencia que el porcentaje de hogares en propiedad ha bajado del 80% hasta el 76,7% en 2017.

Sin embargo, este comportamiento no se repite en todas las comunidades autónomas. Han ido contracorriente Aragón, Baleares, Extremadura, Murcia, La Rioja, Ceuta y Melilla.

En este capítulo, destaca también cómo ha aumentado el porcentaje de hogares que viven del alquiler a precio de mercado (del 10,4% al 14,3%) al tiempo que ha disminuido el de hogares que viven de un alquiler inferior al precio de mercado (del 3,2% al 2,6%).

Las mejoras se notan en las carencias de los hogares, ya que el paso del tiempo ha reducido la tasa de hogares con ausencia de luz natural del 11% al 4,2%. Hay un notable avance asimismo en el porcentaje de hogares que sufre ruidos de vecinos o tiene problemas en sus comunidades al pasar del 2,5% al 15%.

Las mejoras también se notan al analizar los problemas de contaminación, ambientales, delincuencia y vandalismo. En definitiva, el porcentaje de hogares que no tiene ningún problema ha crecido desde el 56,2% al 75,8%. Pero los hogares con carencia de material severa han ido en aumento desde el 3,6% al 5,1%.

LOS SALARIOS BAJARON UN 1,3% EN 2016, SU MAYOR RECORTE DESDE 2012, SEGÚN EL INE