"Nos preocupa más cómo va a reducir el BCE su balance que la subida de los tipos"
Ignacio Perea, director de Inversiones de Tressis Gestión, atribuye la inestabilidad de los mercados al "ruido político". Y cree que durará hasta después del verano.
8 julio, 2018 04:00Por Maite Nieva
En opinión de Perea, el ruido geopolítico está generando la volatilidad actual, por lo que hay que verlo en clave política. Considera, eso sí, que los fundamentales económicos y empresariales siguen siendo buenos.
Pregunta: La inestabilidad y la confusión han vuelto a los mercados, -¿es un anticipo de lo que se puede esperar durante el segundo semestre del año?
Respuesta: Nosotros pensamos que la inestabilidad que estamos viendo va a continuar. Pero es una inestabilidad derivada de una situación geopolítica. Los fundamentales, tanto de la economía como de los resultados empresariales, siguen siendo positivos. Probablemente no tan positivos como habían sido hasta ahora y en algunos casos, como podría ser la bolsa europea, pero el fondo económico sigue siendo bueno. Es el ruido geopolítico lo que está generando esta volatilidad.
Todos los comentarios, tuits y declaraciones por parte del gobierno de Trump y las contestaciones que recibe de China están generando una cantidad de ruido importante en las cotizaciones. Pensamos que va a seguir siendo así porque a principios de noviembre va a haber unas elecciones en las que se va a votar la renovación del Congreso en su totalidad y aproximadamente un tercio de los senadores.
Aunque nunca se sabe qué tendrá Trump en la cabeza, creemos que hay algunos mensajes en clave política para demostrar a sus votantes que sigue siendo fiel a lo que dijo. Curiosamente, de todas las áreas en las que puede actuar, tiene que pasar por el Congreso en la mayor parte de ellas, pero en política exterior tiene potestad para hacerlo sin tener que pasar por el Congreso. Y es justo el área en el que se está moviendo. Por eso consideramos que hay que verlo en clave política, con lo cual vamos a tener todavía bastante ruido, sobre todo hasta que lleguen las elecciones. Luego ya veremos qué es lo que sale, que esa es otra y si habrá conseguido en votos lo que está esperando, aunque hoy por hoy las encuestas indican que habrá un cambio con un sesgo más hacia los demócratas.
P.: ¿Que valores habría que tener en cuenta en los próximos meses?
R.: Hay que seguir apostando por el ciclo y los valores de crecimiento en sectores relacionados con materiales básicos (vinculados al consumo y la construcción), así como tecnología y petroleras. Si la cosa se pusiera peor y nos encontráramos con un escenario distinto a lo que esperamos nos refugiaríamos más en el sector farmacéutico. Pero ya en un caso más extremo.
P.: ¿Se impone la precaución o es el momento de aprovechar las correcciones para comprar valores castigados?
R.: Algunos sectores como el del automóvil han sido tremendamente castigados. En algunos casos, como la industria de componentes, ha recibido un castigo muy fuerte y si siguen los comentarios que estamos viendo sobre los aranceles el castigo puede ser mayor todavía.
Cuando un sector es muy penalizado por temas vinculados a impuestos o aranceles, lógicamente el rebote puede ser importante si estas noticias se desmienten. Es lo que le ha pasado al DAX alemán, un índice que lo hizo muy bien el año pasado por el peso que tiene vinculado a la industria automovilística y ahora está sufriendo bastante. De mirar un sector ese podría ser una oportunidad.
En los momentos de miedo o incertidumbre, sobre todo en la primera fase, el mercado castiga sin discriminar. Luego la opción que es ver qué es lo que está castigado, qué cosas tienen sentido y qué cosas no. Ahora probablemente es el momento de analizar con cuidado y ver empresa por empresa. Estas caídas tan fuertes ponen en valor modelos de negocio que nos gustan, pero que ensábamos que eran caros.
P.: ¿Cuál es el riesgo que están descontando los inversores en el mercado de deuda ?
R.: El BCE tiene en su balance alrededor de 4 billones de euros en bonos de los distintos estados europeos. Eso es cuatro veces y pico el PIB español. Esa cifra de balance tiene que ir saliendo de manera gradual. A nosotros nos preocupa más cómo se va a gestionar esa salida de balance que el hecho de que los tipos de interés vayan a subir.
El mandato que tiene el BCE está basado en inflación. Y, sobre todo, en la inflación subyacente, y esta no está llegando a los niveles objetivos que tiene el Banco Central Europeo. La inflación general sube algo en estos momentos de subida del petróleo, pero el petróleo ha parado la escalada. Y si nos vamos a la subyacente todavía nos estamos encontrando con niveles relativamente bajos para lo que tiene en mente el BCE, con lo cual no esperamos que vaya a haber movimientos muy bruscos.
Hasta ahora todos los gestores han estado posicionando las carteras pensando en una subida de los tipos de interés pero ha habido un salto a la calidad con la inestabilidad que hay en los mercados y el miedo en el corto plazo de lo que diga Trump y que la escalada comercial pudiera llegar a mal puerto. Muchos flujos de renta variable o activos con riesgo que han pasado hacia bonos alemanes o americanos. El bono alemán que llegó a tocar a principios de año niveles de 0,70 ahora está en el 0,30. Eso no es un movimiento que indique se espera una subida de tipos, con lo cual este miedo que hay en el mercado a la inestabilidad está impidiendo que los tipos suban y el precio de los bonos bajen. En consecuencia, no vemos tan claro que haya una subida de los tipos. Creo que primero tiene que afrontar esta situación y ver qué hace con el balance. Tampoco Europa está creciendo como el año pasado, cuando lo hizo al 2,4%, y está ligeramente por debajo del 2%, con lo cual no estamos para tirar fuegos artificiales.
P.: ¿Cuáles son las previsiones para la renta fija?
R.: La renta fija es la gran incógnita. Nosotros nos estábamos posicionando pensando que teníamos a medio plazo subidas de los tipos de interés. No porque los suba el BCE, sino porque el mercado iba a descontar un mayor crecimiento en Europa y un mayor crecimiento en general, pero estamos viendo un salto a la calidad por la inestabilidad política. Activos que pensábamos que iban a perder valor como el bono alemán o francés o el bono americano y que, en algún momento, lo hemos llegado a ver en el 3,10% y luego se ha ido al 2,80-2,90%. Nosotros pensamos que, cuando se restablezca la normalidad, si es que vuelve, y los mercados se fijen más en los datos, los bonos deberían perder algo de valor. Apostamos por mantenernos en duraciones cortas o en estrategias de renta fija flexibles.
P.: ¿En qué tipo de activos ven más valor?
R.: No tomaríamos posiciones en deuda soberana de los países centrales, tipo Alemania. Estaríamos más vendidos que comprados en estos activos. Miraríamos más la deuda de la periferia. La crisis italiana ha afectado también a España y Portugal y con las correcciones hemos visto algunas oportunidades importantes.
En deuda corporativa todavía hay alguna cosa, sobre todo en posiciones más globales. Las empresas han gestionado la deuda de manera bastante razonable, ampliando el vencimiento de sus obligaciones a tipos más bajos y no creo que nos vayamos a encontrar grandes sorpresas. Obviamente, cuando toque renovar a plazos más largos sí se van a encontrar los tipos más altos, pero en los últimos dos años se ha hecho una buena gestión de los balances en ese sentido.
P.: ¿Qué aporta al inversor la nueva estrategia de negocio 'Wealthinking' que Tressis acaba de lanzar?
R.: La planificación se está utilizando con nuestros clientes de grandes patrimonios desde hace tiempo. Ahora tenemos herramientas que nos permiten ampliar ese servicio a la mayor parte de los clientes, organizándolo en carteras más afinadas con los objetivos vitales a conseguir.
Cuando a un cliente le ayudamos a definir sus objetivos vitales, a cada objetivo se le asigna una estrategia de inversión distinta. Ya no se trata de que el cliente sea agresivo o conservador, sino que a cada proyecto vital se pueda aplicar una estrategia de inversión más agresiva o menos. Así estamos segmentando mucho más el riesgo y eso les permite organizarlo dentro del contexto de algo emocional como es la compra de una casa, una jubilación o un viaje. Una vez estructurado el 'para qué' quiere ahorrar o invertir y 'cuál es el horizonte' pueden afrontar con más tranquilidad los momentos de volatilidad como los actuales.