Paula Mercado, directora de Análisis VDOS
Los seis fondos de la categoría de Renta Variable España, con calificación cinco estrellas de VDOS, tienen en común el estilo de gestión 'value' y todos ellos consiguen mantenerse en terreno positivo por rentabilidad desde enero.
Uno de estos fondos es IBERIAN VALUE, con una rentabilidad en el año de 2,02%.
Referenciado a al índice español IBEX 35, en un 75 por ciento, y al portugués PSI 20 en un 25 por ciento. Mantiene una exposición a renta variable del 75% de sus activos netos, correspondiendo al menos un 60% a empresas cotizadas de España y Portugal. El porcentaje restante se asigna a emisiones de renta fija, siendo la duración media de la cartera de 18 meses.
Dux Inversores se centra para su gestión en la búsqueda continua de negocios sólidos que les permitan generar rentabilidades consistentes a largo plazo, con el objetivo de preservar el capital invertido, tratando al mismo tiempo de evitar trampas de valor. Invierten en negocios que coticen con un importante descuento frente a la valoración propia de la gestora, en base a su capacidad de generación de caja, tratando de entender su funcionamiento y la dinámica de la industria en la que operan.
Buscan adquirir negocios con una elevada recurrencia en su generación de caja a precios atractivos (alta rentabilidad operativa implícita), siempre que su situación financiera no sea un riesgo, para lo que deben entender su estructura y la naturaleza de los activos que la soportan. Por último, se decide desinvertir en estos valores cuando el mercado vuelva a valorarlos de un modo más razonable y coticen a múltiplos menos atractivos.
Guillermo Ruiz de Azúa es gestor del fondo, así como Director de Análisis y Gestión de Dux Inversores SGIIC desde su constitución. Cuenta con la certificación CFA desde 2003 y con más de 19 años de experiencia en la gestión de Instituciones de Inversión Colectiva (IICs). Es Licenciado en Administración de Empresas por La Universidad Comercial de Deusto.
La gestión del fondo está asesorada por Santiago Cano Jiménez. Licenciado en Economía por la Universidad de Valencia, Santiago es Máster Bursátil y Financiero por la FEBF, ha realizado el Curso de Experto en Valoración de Empresas por el IEAF y es Máster en Value Investing y Teoría del Ciclo por OMMA, recibiendo el Premio al Mejor Expediente (2ª edición). Actualmente se dedica en exclusiva al asesoramiento de IBERIAN VALUE.
El proceso inversor se inicia con la etapa de Búsqueda de Ideas de Inversión, en la que el equipo gestor comienza a analizar una compañía que ha sufrido un fuerte castigo, preferentemente por razones coyunturales, así como aquellas a las que el mercado no les presta demasiada atención o poseen una reducida capitalización.
La segunda fase del proceso inversor se centra en el Conocimiento del Negocio de la empresa para entender tanto su actividad como el sector en que esta se desarrolla y como ha funcionado históricamente. Durante el Análisis de la Gestión, en una tercera fase del proceso inversor, se analizan resultados, balance y flujos de caja de la última década, para entender cómo se genera la caja y qué destino le da el equipo directivo de la compañía. Buscan identificar la eficiencia y la generación de valor para el accionista.
El filtro de Valoración del Negocio/Activos se focaliza en la valoración de la compañía en función de su capacidad de generación de caja histórica y la calidad de dicha generación (rentabilidad sobre el capital empleado), o por la valoración de sus activos si se trata de una compañía holding con activos en distintos sectores. También vigilan su estructura de balance para averiguar si existe riesgo financiero estructural o puede suponer una oportunidad de inversión al tratarse de un endeudamiento coyunturalmente elevado.
LISTO PARA INVERTIR
Tras las cuatro fases anteriores, el equipo está listo para tomar su Decisión de Inversión y Asignación de Pesos en Cartera. En función de la calidad y fiabilidad de la valoración, de la calidad del negocio, del descuento con el que cotice y de los hechos que provocan que cotice con dicho descuento, determinan la ponderación máxima a la que están dispuestos que alcance dicha inversión.
Como resultado de este proceso, la cartera final incluye entre sus mayores posiciones, acciones de la empresa de ingeniería y construcción Técnicas Reunidas (10,70%) de la compañía de infraestructuras, energías renovables y nuevas tecnologías Elecnor (9,70%) la multinacional de telecomunicaciones Telefónica (9%) la farmacéutica Almirall (6%) y del grupo industrial Tubacex (5%). Por sector, las mayores ponderaciones en la cartera corresponden a Telecomunicaciones (17,50%) Energía (14,50%) Petróleo y Gas (13,50%) Siderurgia (10%) y Consumo (10%).
La evolución histórica del fondo por rentabilidad lo sitúa entre los mejores de su categoría, en el primer quintil, durante 2016, batiendo al índice de su categoría durante 2018. A tres años, registra un dato de volatilidad de 12,16 por ciento y de 7,20 por ciento en el último periodo anual. También a un año, su ratio de Sharpe es de 0,51 y el tracking error, respecto al índice de su categoría, de 5.01 por ciento. La suscripción de este fondo no requiere una aportación mínima, aplicando a sus partícipes una comisión fija de 1,35 por ciento y de depósito de 0,10 por ciento, además de una comisión variable de 9 por ciento sobre resultados positivos anuales del fondo.
La estrategia del equipo gestor se mantiene invariable, independientemente de la evolución de los mercados. Puesto que no saben cómo se comportarán en el futuro, se centran en la continua valoración de compañías y activos, a la espera de que el mercado les brinde la oportunidad de adquirirlo a precios atractivos. Por esta razón, actualmente registran una posición de liquidez elevada, de un 13 por ciento, reflejo de las escasas alternativas de inversión que cumplen con sus parámetros de rentabilidad.
Cuanto más complicado es el entorno, más oportunidades de inversión surgen, pero para acometerlas se requiere confianza en las valoraciones propias y paciencia para la obtención del retorno esperado en el largo plazo.
La positiva evolución del fondo por rentabilidad en los últimos tres años, respecto a la volatilidad incurrida en el mismo periodo, le hace merecedor de la calificación cinco estrellas de VDOS.