Para sus creadores, el lanzamiento de una ginebra basada en 'tokens' de 'blockchain' añade una garantía más al proceso de elaboración, permite la trazabilidad de todos sus ingredientes y abre el producto a un mundo de transacciones telemáticas.
La funcionalidad más "interesante" para el sector de los destilados, han asegurado, es la comercialización en red y su funcionamiento como un bitcoin, de manera que cada botella de ginebra se considera un 'token', con un valor en red que fluctúa al mismo nivel que los mercados en los que se comercializa.
Además, los impulsores de este proyecto han afirmado que las botellas de Santamanía Ginchain certifican la identidad, calidad y valor del producto de forma colaborativa gracias a la red de servidores conectados a ella.
Del mismo modo, se presentan como un artículo de lujo, viajan identificadas y "debidamente" certificadas y se comercializan en cada parte del mundo basándose en la cotización local, de forma que la compañía posee una apreciación más exacta del valor por parte de los consumidores finales y no de la cadena de intermediarios (mayoristas, distribuidores, etc), tal y como ocurre normalmente en la industria.