Según se desprende del informe anual que realiza la institución financiera, conocido como 'Artículo IV', Arabia Saudí está logrando, gracias a las últimas reformas, mejorar el clima empresarial, fortalecer el tejido de las pymes y desarrollar nuevas industrias, así como crear unos mercados de capitales más fuertes.
Como consecuencia, reza el documento, el crecimiento está "repuntando", mientras que la ocupación de árabes en el sector privado ha crecido.
El organismo presidido por Christine Lagarde calcula que el PIB real del país avanzará un 1,9% en 2018 y 2019, en comparación con 2017, cuando retrocedió nueve décimas. No obstante, lo más destacable es que, como consecuencia de la agenda económica del país, los ingresos ajenos al crudo supondrán el 10,7% del PIB en 2023, frente al 8,9% previsto para 2018, mientras que los ingresos por exportaciones de petróleo se reducirán al 19,2%, con respecto al 21,7% pronosticado para este año.
Por tanto, el balance primario extrapetrolero alcanzará el -32,1% del PIB, frente al -50% con el que cerró 2015.
EQUILIBRIO PRESUPUESTARIO.
El FMI ha considerado en su informe que el objetivo de llegar al equilibrio presupuestario en 2023 es "apropiado", aunque han alertado al país de que es necesario que lleven a cabo todas las reformas previstas y pongan límite al gasto público en los próximos años.
Además, en caso de que los precios del petróleo excedan a los previstos, el organismo ha recomendado al país islamista que ahorre los ingresos adicionales para construir un "colchón fiscal".
En concreto, Arabia Saudí cerró el año pasado con un déficit del 9,3%, que reducirá al 4,6% en 2018. El pronóstico para 2019 es llegar al -1,7%, mientras que en los cuatro años siguientes se seguirá mejorando esa cifra, hasta llegar al equilibrio en 2023.
Además del límite del gasto público, el FMI ha detallado que el resultado fiscal se logrará gracias a una mejora de los ingresos públicos por la implantación de un IVA del 5% (hasta el 1 de enero de 2018 no había impuesto al consumo) y el aumento de los precios de la gasolina y la electricidad, así como del agua.