Estos datos constatan la fortaleza de un mercado laboral que se ha convertido en el ancla de una reactivación económica impulsada por los consumidores de la mayor economía europea.
El total de desempleados en términos desestacionalizados se redujo en 8.000 personas, hasta los 2,330 millones. El indicador estuvo en línea con los pronósticos de un analista en una encuesta de Reuters.
La tasa de desempleo se mantuvo sin cambios en el 5,2%, la más baja desde la reunificación alemana en 1990.
También llegaron señales positivas del empleo, que en términos corregidos de efectos de calendario y según los parámetros de la Organización Internacional del Trabajo escaló a un récord de 44,7 millones de trabajadores en julio, según otro informe publicado por la Oficina Federal de Estadísticas.
El gasto de los hogares se ha convertido en el principal motor de la expansión económica de Alemania, ya que los niveles récord en el empleo, la mayor seguridad laboral, unos aumentos salariales superiores a la inflación y los bajos costes de los préstamos contribuyen a abrir los monederos de los compradores.