Abril de 2014. El euríbor cierra el mes con una media del 0,604%, casi tres centésimas por encima de la de la marzo, situada en el 0,577%. Hasta entonces, hasta un tiempo en el que el Banco Central Europeo (BCE) tenía los tipos de interés oficiales en el 0,25%, en el que los intereses de la facilidad de depósito aún estaban en positivo y en el que la entidad presidida por Mario Draghi aún no había lanzado su programa de compra de deuda en el mercado (APP, por sus siglas en inglés), hay que remontarse para ver una subida mensual de la referencia hipotecaria superior a la que va a registrar en agosto.

Ahora, con los tipos oficiales en el 0%  y los de la facilidad de depósito en el -0,40% desde marzo de 2016 y con 2,5 billones de euros de deuda pública y privada comprada en el mercado, el euríbor continúa claramente en terreno negativo -lleva ahí desde febrero de 2016-, pero en agosto su promedio va a repuntar al -0,169% desde el -0,18% de julio, lo que, dada la extraordinaria trayectoria del índice hipotecario en los últimos años, representa su mayor repunte mensual desde aquel abril de 2014.

Se trata, además, del quinto repunte mensual consecutivo de la referencia hipotecaria, algo que no ocurría desde la primera mitad de 2011. O lo que es lo mismo, desde los tiempos en los que el presidente del BCE era el francés Jean-Claude Trichet. Nunca, desde que Draghi le sucedió en noviembre de ese mismo año, el euríbor había registrado cinco subidas mensuales consecutivas. En 2013 hubo cuatro meses seguidos de subidas, entre junio y septiembre, pero no cinco. Y en los 81 meses de mandato del italiano, y contando ya agosto, el euríbor sólo ha registrado incrementos intermensuales en 19 meses, el 23,5% de los casos, y ha pasado del 2% a tasas inferiores al 0%.

De nuevo, eso sí, estas referencias temporales quedan matizadas por la magnitud de los incrementos. En estos cinco meses, apenas ha escalado del -0,191% al -0,169%.

Además, las actualizaciones hipotecarias que se realicen con los datos de agosto apenas registrarán variaciones, puesto que el promedio de este mes es similar al registrado en agosto del año pasado y en febrero de 2018. Para una hipoteca variable de 150.000 euros a 20 años con un diferencial de un punto porcentual sobre el euríbor, en las revisiones anuales el ahorro apenas será de un euro al mes y en las semestrales el encarecimiento mensual también rondará esa cantidad.

AVISTANDO EL FUTURO

Aunque la subida del euríbor está siendo -como se esperaba- muy gradual y sigue instalado en zona de mínimos históricos -no hay que olvidar que su media histórica es del 2,1% y que entre 2000 y 2012 nunca estuvo por debajo del 1%-, tampoco conviene pasar por alto que lo que ha iniciado es un progresivo retorno hacia terrenos más normales, que debería llevarle ya en 2019 a cotas positivas.

Este parsimonioso responde precisamente a que el BCE ya ha cartografiado el camino que va a seguir para retirar los estímulos. Primero interrumpirá las compras en el mercado cuando acabe 2018 y luego se pondrá ya con los tipos, aunque no los subirá ¿hasta el menos durante el verano de 2019¿.

Esta senda es la que avista ya al euríbor y la que le está llevando a volver lentamente sobre sus pasos. Eso sí, precisamente porque su futuro es alcista, a la hora de hipotecarse ahora resulta aconsejable hacer cálculos con un euríbor más alto que el actual.

Para esa misma hipoteca, un euríbor al 0% se traduciría en un encarecimiento de 12 euros al mes; si escalara al 1%, el incremento alcanzaría ya los 80 euros al mes; si retornara a su media histórica, la cuota aumentaría en 162 euros al mes; y si volviera a su media histórica -5,39%-, el salto sería ya de 430 euros al mes. Parece descabellado. Pero alcanzó ese nivel hace 10 años. Y quien se hipoteque ahora posiblemente convivirá más de 10 años con esa hipoteca.

- No lo olviden, por favor: hace 10 años el euríbor llegó al 5,39%