"Si se prueba, esta colusión puede haber privado a los consumidores de la posibilidad de comprar coches menos contaminantes, a pesar de que la tecnología estaba disponible para los fabricantes", dijo en un comunicado la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager.
El posible pacto violaría las normas de Competencia europeas, que prohíben los cárteles y las prácticas comerciales restrictivas, incluidos los acuerdos que limitan o controlan los desarrollos tecnológicos, indicó la CE.
En octubre de 2017 la Comisión llevó a cabo inspecciones en las instalaciones de BMW, Daimler, Volkswagen y Audi (VW fabrica también las marcas Audi y Porsche) como parte de una investigación inicial sobre una posible connivencia en materia de desarrollos tecnológicos.
La investigación en profundidad abierta ahora a raíz de esas pesquisas se centra en las informaciones que indican que BMW, Daimler, Volkswagen, Audi y Porsche participaron en reuniones en las que discutieron, entre otras cosas, el desarrollo y despliegue de tecnologías para limitar las emisiones nocivas de gases de escape de los coches.
En particular, Bruselas estudia si pactaron límites para los vehículos vendidos en el Espacio Económico Europeo en dos sistemas de reducción.
Por un lado, en los de reducción de catálisis selectiva (SCR), que permiten reducir las emisiones de dióxido de nitrógeno en los coches de pasajeros con motor diésel, y por otro en los filtros de partículas "Otto" (OPF), que permiten reducir las emisiones de partículas nocivas en coches de pasajeros con motor de gasolina.
Sin embargo, en este momento la Comisión "no cuenta con ningún elemento que indique que las partes coordinaron su comportamiento en lo que concierne al uso de dispositivos de invalidación ilegales", destinados a falsear las pruebas reglamentarias de emisiones nocivas, indicó el Ejecutivo en un comunicado. La apertura de esta investigación formal, señalaron, no prejuzga el resultado.
Bruselas señaló que, en las citadas reuniones el conocido como "círculo de los cinco" -BMW, Daimler, Volkswagen, Audi y Porsche- también abordó temas como los requisitos de calidad comunes para las piezas individuales, los procedimientos de control de la calidad o sobre sus propios modelos de coche ya en el mercado.
Asimismo, abordaron la velocidad máxima a la que pueden abrirse y cerrarse los techos de los descapotables o las pruebas sobre colisiones, poniendo en común su experiencia para mejorar los test de seguridad.
Sin embargo, la Comisión no tiene elementos para considerar que estas discusiones vayan contra las normas de Competencia, que sí permiten cooperar para mejorar la calidad.
La industria del automóvil alemana ha estado bajo el punto de mira desde que en 2015 estalló el escándalo de manipulación de los test de emisiones nocivas por parte de Volkswagen.