En una conferencia sobre supervisión bancaria pronunciada en París, Draghi consideró que la exposición de las entidades europeas a deuda dudosa es "todavía superior" a la de las estadounidenses, pese a que ha disminuido "a medida que se ha producido un refuerzo de la economía" soportado por la acción del BCE.
En este sentido, pidió un esfuerzo "a los bancos, a los supervisores y a los reguladores para reducir" esa exposición a la deuda dudosa "sobre todo en los países donde la proporción sigue siendo elevada".
Ese condicionante, afirmó Draghi, limita el nivel de maniobra de las entidades afectadas, lo que afecta a su capacidad para captar capitales y para afrontar operaciones con otras entidades.
"Los bancos con un nivel elevado de deuda bloqueada prestan poco y su capacidad para conseguir capital es limitada", indicó el presidente del BCE. Agregó que "la debilidad de su rentabilidad y las incertidumbres sobre la valorización de sus activos bloqueados reducen las incitaciones a afrontar fusiones transfronterizas".
Draghi insistió en que, tras la crisis económica, se ha avanzado en la regulación bancaria, pero apeló a los estados miembros a acrecentar la integración hacia la unión bancaria para reducir los riesgos en el futuro.
El presidente del BCE se mostró "convencido" de que se darán "pasos importantes" en esa dirección y consideró "esenciales" medidas como la armonización bancaria y la creación de un mecanismo eficaz de garantía de los depósitos.
Pese a los avances registrados, Draghi señaló que "son necesarios más esfuerzos si se quieren recolectar los frutos de un mercado integrado que permita compartir los riesgos en el sector privado y mejorar la estabilidad macroeconómica de la unión monetaria".