El conflicto comercial desatado entre EEUU y China está muy presente en la encuesta que el banco de inversión elabora mensualmente, y que sirve de guía sobre las tendencias del mercado entre los grandes gestores globales. Al haberse cerrado hace unos días, el documento no tiene en cuenta el nuevo órdago del presidente Donald Trump de imponer aranceles a 200.000 millones de dólares en productos importados del gigante asiático. Pero este problema se mantiene en septiembre como el gran riesgo que perciben los inversores de cara a los próximos 12 meses.
De hecho, el 43% de los encuestados percibe la guerra comercial como el principal problema para sus carteras por cuarto mes consecutivo, por encima de la desaceleración económica en China o del impacto en las bolsas de la retirada de estímulos de la Reserva Federal (Fed).
Ante este escenario, los gestores han optado por elevar de nuevo sus niveles de efectivo, que ya alcanza una media del 5,1%. Dinero guardado a la espera de nuevas oportunidades que empiezan a encontrar en Japón y en el sector industrial. Según los datos recopilados por BofA Merrill Luynch, ambos activos son ahora las principales apuestas de unas carteras que empiezan a rotar, saliendo con fuerza de la banca cotizada y de los mercados emergentes, provocando que la asignación global a renta variable haya caído este mes en 11 puntos porcentuales al 22%, niveles de julio que marcaron mínimos de 18 meses.
Los emergentes han sido los mayores damnificados de este pesimismo, con los gestores reduciendo un 9% su asignación a estas regiones hasta mínimos de marzo de 2016. Según la encuesta, un 10% recomienda `infraponderar¿ esta clase de activos, una cifra que dista mucho del 43% que aconsejaba `sobreponderar¿ en abril, siendo entonces la región favorita entre los encuestados.
Desde aquel mes y hasta comienzos de septiembre se han registrado salidas de capital en los fondos especializados en este segmento en 86 sesiones. Más de un 10% de su patrimonio total, según un informe de Deutsche Bank. En otras palabras, la estampida inversora ya es la quinta más prolongada de la historia de los emergentes desde que se los etiqueta y analiza como tales.
La banca también ha sido uno de los sectores peor parados en el mercado en los últimos meses. Pese a un eufórico inicio de año, la crisis de los emergentes, reflejado en la caída de sus divisas y, sobre todo, el retraso en la esperada subida de tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE), han dejado al sector muy tocado en bolsa. En el caso español, solo CaixaBank acumula subidas en lo que va de año, con muchas dudas en torno al sector que han provocado una rebaja del 4,5% en el precio objetivo medio de estos valores desde junio.
Frente a la salida de la banca y los emergentes, EEUU vuelve a ocupar en septiembre, y por segundo mes consecutivo, una posición predilecta en las carteras de los gestores. A pesar del temor al fin del ciclo alcista más largo de su historia, la mayoría mantiene a Wall Street como su plaza favorita en cartera, gracias a las buenas expectativas en torno a los resultados empresariales en el país.
Esa buena perspectiva con las empresas contrasta, no obstante, con el temor al impacto de una desaceleración económica. En concreto, el 24% de los gestores de fondos estima que el crecimiento global se frenará en 2019, máximos desde 2011 y frente a apenas el 7% que así lo esperaba en agosto. Sin embargo, y a juzgar por los datos de la encuesta, el miedo al `frenazo¿ no ha quitado las ganas de los inversores por seguir apostando al alza en Wall Street.