En un clima de creciente tensión entre las dos principales economías mundiales, inmersas ya en una guerra comercial que algunos expertos vaticinan que durará años, entraron en vigor las nuevas tarifas que penalizan mutuamente sus exportaciones.
Las de China, más moderadas de lo esperado, se aplicarán a 4.000 tipos de exportaciones estadounidenses que van desde el gas natural licuado a productos agrícolas y químicos o componentes de automóviles, entre otros, a los que se impondrá un arancel de entre el 5% y el 10%.
Son la respuesta a tarifas a exportaciones chinas en el mercado estadounidense por valor de 200.000 millones de dólares que se aplicarán a más de 5.500 productos chinos, entre ellos bolsos, textiles o arroz.
En el día de hoy, festivo en China por las celebraciones del Medio Otoño, las autoridades declinaron reaccionar oficialmente a la nueva ronda de aranceles dictada por el Gobierno de Donald Trump, aunque el Ejecutivo publicó un informe sobre las tensiones comerciales con EEUU en el que declaró que hay un creciente "matonismo comercial" de Washington hacia Pekín.
El documento subraya que la política de "América primero", abanderada por Trump desde su llegada al poder en 2017, "ha abandonado las normas fundamentales del respeto mutuo y las consultas igualitarias que guían las relaciones internacionales".
"En lugar de eso, EEUU ha defendido sin pudor el unilateralismo, el proteccionismo y la hegemonía económica, arrojando falsas acusaciones contra muchos países, particularmente China", subrayó el informe.
Las tarifas son una "presión extrema" a la que China ha intentado responder con "el mayor nivel de paciencia y buena fe", mientras Washington "se contradice a sí misma y reta constantemente" la economía china, subrayó el informe.
Las bolsas chinas de Shanghái y Shenzhen, cerradas por festivo, no reaccionaron por tanto al recrudecimiento de la guerra comercial, pero sí lo hizo la de Hong Kong, con una pronunciada caída del 1,62 % y marcados descensos en prácticamente todos los valores estrella del Hang Seng.
El pesimismo de los mercados se ve exacerbado por los rumores de que China ha decidido cancelar una nueva ronda de negociaciones para intentar poner fin al conflicto arancelario, según aseguraba este fin de semana la prensa estadounidense.
El pasado 13 de septiembre Pekín confirmó que había recibido una invitación de Washington para conducir esta nueva ronda de negociaciones, que sería la quinta, pero había establecido como condición previa que EEUU mostrara buena voluntad.
No obstante, el informe gubernamental publicado hoy insiste en la necesidad de reiniciar las negociaciones comerciales con Estados Unidos, siempre que se basen en "respeto mutuo e igualdad".
Las tarifas impuestas hoy se unen a las que los dos países se habían aplicado mutuamente a exportaciones por valor de 50.000 millones de dólares en cada uno de los mercados.
La guerra comercial se inició en julio, a raíz de que Trump acusara a China de mantener un excesivo superávit comercial con EEUU y le presionara para reducirlo de forma acelerada, bajo la amenaza de penalizar todas las exportaciones si no tomaba medidas (algo que podría ocurrir a principios de 2019, con una elevación de los porcentajes de los aranceles actuales).
Los expertos temen que la guerra comercial afecte a todos los mercados globales, dado el gran tamaño de las dos economías involucradas y sus lazos con otros importantes socios como la UE o Japón.