De su lado, el barril West Texas Intermediate, de referencia para Estados Unidos, también ha experimentado un alza del 1,9%, hasta los 74,7 dólares por barriles, situándose también en máximos desde hace cuatro años.
Además, el embargo al petróleo iraní, que entrará en vigor a comienzos de noviembre, también ha animado la demanda de crudo, que lleva varias semanas experimentando alzas consecutivas.
"La situación del suministro es frágil, y cualquier caída adicional, como por ejemplo por la coyuntura de Venezuela, reducirá aún más la oferta de petróleo", ha subrayado el responsable de investigación de materias primas de Julius Baer, Norbert Rucker.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intentado varias veces presionar a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para que aumente el bombeo de crudo y así reducir el alza de los precios.
No obstante, durante la última reunión del cártel, celebrada en septiembre en Argelia, el ministro saudí de Energía, Industria y Recursos Minerales, Khalid Al Falih, aseguró que él no influía en los precios, tras lo cual la reunión se saldó sin ninguna recomendación formal a los miembros de la OPEP de aumentar o disminuir la producción.