El organismo dependiente del Ministerio de Economía ha celebrado la primera subasta tras el incremento de la incertidumbre en los mercados financieros por el enfrentamiento de Italia con Bruselas y el recrudecimiento de las guerras comerciales, y después de que el Gobierno español revisara ayer a la baja la previsión de crecimiento para este año y el que viene.
Con todo, los inversores siguen confiando en los títulos de deuda española, ya que las peticiones han superado ampliamente los 8.300 millones de euros, muy por encima de lo finalmente adjudicado en los mercados.
En concreto, en la subasta a tres meses el Tesoro ha colocado 277 millones de euros, frente a una demanda de 2.327 millones, y lo ha hecho a un interés marginal del -0,636%, por lo que ha cobrado más a los inversores que en la subasta previa del mismo tipo de papel, celebrada el 18 de septiembre, cuando la rentabilidad marginal se situó en el -0,486%.
En cambio, en las letras a nueve meses, en las que se han adjudicado 2.390 millones tras unas peticiones de más de 6.000 millones de euros, el tipo marginal ofrecido por el Tesoro se ha situado en el -0,307%, en este caso menos negativo que el -0,386% de la emisión celebrada en septiembre.
Tras la subasta de este martes, el Tesoro volverá a someterse al escrutinio de los mercados el próximo jueves con una nueva emisión de bonos y obligaciones, con la que espera captar entre 4.000 y 5.000 millones de euros, la última de este mes.
Así, subastará un bono a cinco años, con cupón del 0,35%; una obligación a 10 años, que presenta un cupón del 1,40%, y otras dos obligaciones más, con fecha de vencimiento del 30 de julio de 2031 y cupón del 5,75% y el 31 de octubre de 2046 y cupón del 2,90%.