Según se desprende de un estudio realizado por Accenture, el número de entidades ha descendido casi un 20% en los últimos 12 años, desde las 24.000 que existían en 2005, a las 19.300 de 2017. Sin embargo, una de cada seis instituciones actuales (17%) han sido denominados como 'nuevos operadores', ya que entraron después de 2005.
"A pesar de que sólo algunos de éstos alarman a los bancos tradicionales, el riesgo de que disminuyan las oportunidades de ingresos futuros es real y cada vez mayor", subraya Accenture. Según explica la consultora, la mayor parte de los bancos están teniendo dificultades para encontrar la combinación de inversión en capacidades tradicionales y digitales, sin dejar de lado el objetivo de satisfacer las necesidades de los nuevos consumidores y de mantener los sistemas anteriores de protección de los datos del cliente.
"Hasta ahora, el enfoque conservador de la banca tradicional en cuanto a inversión digital ha entorpecido la capacidad de constituir nuevas fuentes de crecimiento, lo cual es crucial para escapar de la competencia y del menor rendimiento", sostiene el director general y responsable global de banca de Accenture, Alan McIntyre.
Accenture critica también que muchos bancos tradicionales continúen desestimando la amenaza de los nuevos operadores, alegando que éstos no están innovando, sino disfrazando productos de la banca tradicional; ni logrando ingresos significativos; ni, por último, generando beneficios.
No obstante, el estudio confirma que los ingresos se están desplazando hacia los nuevos operadores y evidencia cómo la innovación global que está teniendo lugar no puede seguir ignorándose. Los informes predicen, además, que este cambio en los ingresos hacia los nuevos operadores continuará y empezará a tener un impacto material en los beneficios de los principales bancos.
En Europa, el 20% de los bancos y las entidades de pago son nuevos operadores y han captado casi el 7% de los ingresos totales y un tercio de todos los nuevos ingresos desde 2005, mientras que en Estados Unidos esta cifra se sitúa en el 19%, y acaparan el 3,5% de los ingresos totales.
La crisis financiera y los obstáculos regulatorios para conseguir una licencia bancaria son algunos de los factores que han hecho que EEUU sea un mercado difícil para los nuevos operadores. Sin embargo, más de la mitad de las nuevas cuentas corrientes abiertas en el país las captan los tres grandes bancos que más están invirtiendo en digitalización.