No pudo ser a la primera. Pero sí ha sido a la segunda. Las entidades financieras ya conocen el veredicto del Tribunal Supremo, que finalmente ha resuelto que sigan siendo los clientes los que paguen el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD).

En el caso de los bancos cotizados, la espera se les ha hecho eterna. Si bien la polémica del Supremo no tiene toda la 'culpa' de las caídas que el sector sufre en el año, sí ha sido la puntilla para las cotizaciones desde que en la mañana del 18 de octubre se conoció la sentencia que cambiaba el criterio y establecía que el pago del IAJD correspondía a los bancos y no, como hasta ahora, a los clientes.

Aunque las entidades rebotaron la semana pasada, desde que se hizo público el fallo del Supremo acumulan una caída media del 6,4%. En algunos casos, eso sí, el impacto es mayor. En Bankia alcanza el 9% y en Unicaja, el 14%. En dinero, las caídas se han traducido en que los ocho bancos españoles cotizados valen cerca de 5.500 millones de euros menos en bolsa.

Estos descensos amplían todavía más el potencial alcista que les otorga el consenso de mercado. Según los datos que recopila Thomson Reuters, el margen de subida medio del sector alcanza el 27%.

Por entidades, el mayor potencial corresponde a Unicaja, que debería subir un 41% para alcanzar los 1,6 euros del consenso de analistas. El del Sabadell alcanza el 36%, también hasta los 1,6 euros; el del Santander, hasta los 5,4 euros, llega al 28%. Al 26% llega el recorrido alcista de CaixaBank, hasta los 4,48 euros. El potencial de BBVA se acerca al 25%, hasta los 6,44 euros. En el 23,5% se encuentra el de Liberbank, hasta los 0,51 euros, y en el 21% el de Bankia, hasta los 3,45 euros. Los 8,35 euros que el consenso de mercado da a Bankinter le conceden un margen del 14%.

Una vez resuelto el asunto por el Pleno de la Sala Tercera, el sector confía en que los inversores se centren en los precios que ha dejado la incertidumbre de las últimas semanaspara rebotar en bolsa. Sobre todo, por el modo en el que se ha solventado, sin que los bancos tengan que abonar el impuesto, algo que les podría haber costado entre 500 y 1.000 millones de euros al año, y sin que tengan que enfrentarse a la temida retroactividad para devolver el dinero del IAJD a los clientes, cuya factura podría haber oscilado entre los 2.000 y los 17.000 millones de euros.