Así lo ha dicho Escrivá en la conferencia 'La economía española y sus desequilibrios', en el marco del ciclo 'Diez años de la caída de Lehman Brothers', celebrada en el Círculo de Economía. "Hay que cambiar el sistema de competencias y que los ayuntamientos tengan más competencias en gasto social. Es uno de los elementos que vemos claramente", ha dicho Escrivá.
Además, ha apuntado también a la necesidad de mejorar el sistema de financiación autonómica: "Cuando tienes una comunidad autónoma infrafinanciada, no tienes después autoridad moral para exigirles o imponerles las multas que prevé la Ley de estabilidad presupuestaria".
También ha considerado esencial cambiar el funcionamiento del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), y ha puesto como ejemplo el modelo alemán. "El gasto está en las comunidades, como la educación y la sanidad, pero ahora tenemos un distanciamiento de las comunidades porque no se sienten partícipes", indicó.
DESEQUILIBRIO FISCAL
Ha indicado que en los últimos 20 años ha aumentado el gasto en pensiones, educación y sanidad por mejoras en estos sistemas, pero también por el envejecimiento de la población, algo que se ha compensado reduciendo el gasto en infraestructuras.
Revertir el desequilibrio fiscal requiere retornar a un superávit primario del 2%, como en 1999, y alcanzar un objetivo de deuda del 60% en 2034, si bien si se mantienen los niveles de déficit actuales, la deuda se estabilizaría en torno al 90% del PIB.
DÉFICIT SEGURIDAD SOCIAL
La AIReF prevé emitir una nota de opinión en diciembre sobre el déficit estructural de la Seguridad Social y también está preparando otra sobre una reforma integral para reforzar el marco presupuestario y de las reglas fiscales.
Por ello, Escrivá ha defendido que es necesario analizar las competencias, posibles desequilibrios y situaciones de infrafinanciación: "El marco de disciplina fiscal se ha revelado incapaz de generar los suficientes incentivos para que haya una auténtica corresponsabilidad fiscal de todas las administraciones".
La AIReF prevé el mantenimiento de un déficit estructural en la Seguridad Social, ya que el último ciclo económico se ha cerrado con un desequilibrio en torno al 1,5% del PIB que puede calificarse de estructural, y añadió que en ausencia de nuevas medidas, se va a mantener en el corto plazo y está sujeto a presiones al alza en el largo plazo por el envejecimiento de la población a partir de mediados de la próxima década.