Las acciones de IAG han cerrado este lunes con una caída del 1,3% hasta los 5,72 euros por acción. Sobre el ánimo de los inversores han pesado tanto los resultados presentados por Ryanair como la subida del precio del petróleo.
El barril de Brent ha subido más de un 1% hasta situarse en 73,11 dólares el barril, después de haber tocado antes los 73,40 dólares, su nivel más alto desde el 26 de abril. Los precios del petróleo alcanzaron máximos de varias semanas después de que la OPEP indicara que probablemente mantendría los recortes de producción que han ayudado a mantener los precios este año, mientras que las tensiones continuaron aumentando en Oriente Medio.
El oro negro escala ante la creciente tensión en Oriente Medio tras las últimas amenazas del presidente de EEUU, Donald Trump, al régimen iraní, así como a los últimos movimientos de la OPEP. De acuerdo con el ministro saudí de Energía, Khalid al-Falih, hay consenso entre la OPEP y los productores de petróleo aliados para seguir limitando el suministro.
“En esta segunda mitad, nuestra preferencia es mantener la gestión de la producción para mantener los inventarios en su camino disminuyendo gradualmente, suavemente, pero sin duda disminuyendo hacia niveles normales”, señaló ayer en una rueda de prensa.
El sector de las aerolíneas se ve hoy presionado además por las cuentas de Ryanair, que ha caído un 4,72% en la Bolsa de Londres tras anunciar que en su ejercicio fiscal (hasta el 31 de marzo) obtuvo un beneficio neto de 1.020 millones de euros. Respecto al próximo ejercicio, el consejero delegado, Michael O’Leary, ha señalado que las previsiones indican que las ganancias podrían ser “planas”, aunque esto dependerá de que no haya “acontecimientos negativos” en torno al Brexit.
“Si damos por hecho que los ingresos por pasajero (RPP, en inglés) crecerán el 3%, lograremos unos beneficios planos. Éstos oscilarán entre los 750 millones, si el RPP sube un 2%, y los 950 millones de euros, si el RPP sube un 4%”, concluyó O'Leary.