El grupo IAG se convierte en el valor más penalizado del selectivo de la bolsa española después de que haya anunciado que ha firmado una carta de intenciones con el fabricante estadounidense Boeing —sujeta a un acuerdo formal— para incorporar a su flota 200 aviones de la familia B737 MAX. Las acciones del grupo dueño de British Airways e Iberia han liderado las caídas del Ibex 35 con un retroceso del 2,5% al cierre hasta los 4,99 euros.

De esta forma, IAG se convierte en el primer cliente que compra el MAX desde la crisis desatada tras el segundo accidente, de Ethopian Airlines, en marzo. Toda la flota de esta familia de aeronaves (394) está aterrizada forzosamente tras los dos accidentes de octubre y marzo pasados y al menos hasta agosto no está previsto que puedan volver a volar.

El grupo que dirige Willie Walsh añade además este encargo a otro que ya realizó a Boeing hace tres meses, para adquirir hasta 42 aeronaves del modelo 777x, el más grande de Boeing.

El gasto de estas operaciones añade más presión a la cotización de la compañía, presionada por las incertidumbres generadas por el Brexit y por la dura competencia en el sector, que ha llevado ya a algunos de sus rivales a anunciar profit warning. El último, esta misma semana por parte de Lufthansa. Las acciones del grupo aéreo pierden más de un tercio de su valor desde los máximos anuales que registró en febrero.

Por otro lado, la junta de accionistas de IAG votará mañana la aprobación de dos dividendos por importe de 1.027 millones de euros, que serán abonados el próximo 8 de julio. En concreto, repartirá un dividendo complementario de 0,165 euros por acción con cargo al resultado del ejercicio 2018.

Junto con el dividendo a cuenta pagado en diciembre de 2018, supone un dividendo para el conjunto del ejercicio de 0,31 euros por acción, frente a los 0,27 euros del año precedente. Mientras, repartirá otro dividendo extraordinario de 0,35 euros por título.