“¡¡¡¡Bueeeeeenos días Madrid!!!! Cada uno de nosotros somos elegidos como la persona más importante para cambiar nuestro Mundo. Somos los únicos encargados de esa misión”. Con esta sentencia tan de manual de mentalización y autoayuda, tan mesiánica, tan suya, Jenaro García iniciaba la mañana del 1 de julio de 2014 en su cuenta de Twitter. Eran las 8.38 de la mañana y el fundador y el presidente de Gowex se las prometía muy felices. Ese día estaba prevista la visita de la entonces alcaldesa de Madrid, Ana Botella, a su sede del número 21 del Paseo de la Castellana. El mundo aún le ‘pertenecía’… aunque solo fuera por un par de horas más. Ese era el tiempo que le quedaba a lo que hasta entonces era su sueño, su ‘misión’, pero que luego, desde esa misma mañana, empezó a quedar claro que era un simple embuste; las mentiras de alguien con pretensiones y anhelos de grandeza.
Entre ese tuit y la verdad, un informe, misterioso, inaudito. Lo despachaba una firma desconocida hasta ese momento en España, Gotham City Research, y cargaba con todo. Titulado ‘Let’s Gowex: la charada Pescanova’, disparaba sin piedad. Pim. Los títulos de Gowex, que rondaban en ese momento los 20 euros, no valen nada. 0 euros. Pam. Más del 90% de los ingresos reportados por Gowex no existían. Pum. Gowex será suspendida de cotización como también lo había sido Pescanova, de ahí la conexión que establecía en el título.
El silencio se apoderó de la otrora prolífica y entusiasta cuenta de ‘Jero’ García en Twitter. En el mercado, mientras tanto, la reacción era atronadora. El 1 de julio, los títulos de la empresa tecnológica que aspiraba a conquistar el mundo con su wifi gratis se hundieron un 46%. Y otro 26% el 2 de julio. Hasta que Jenaro volvió a tuitear. “Trabajando en equipo para construir respuesta sólida para el mercado y también encantado con respaldo de clientes y accionistas. Como siempre GRACIAS”, escribió. Eran las 9:27 horas, y para entonces las acciones ya estaban suspendidas de cotización en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) en el segmento de Empresas en Expansión, que es donde cotizaban desde 2010.
"El caso continúa vivo. Porque aún duele en los engañados, en los empleados, accionistas y clientes. Y porque queda mucho por esclarecer y todo por juzgar"
Nunca más cotizarían. En la madrugada del 5 al 6 de julio, Jenaro García confesaba. A las 4:54 horas, Gowex confirmaba en un hecho relevante lo que Gotham había apuntado: “El Sr. [Jenaro] García Martin, Consejero Delegado y Presidente, ha manifestado ante distintos Consejeros que las cuentas de la Sociedad de, al menos, los últimos cuatro años no reflejan su imagen fiel, atribuyéndose la autoría de esta falsedad”. Vamos, que había maquillado y manipulado las cuentas a conveniencia, puliéndolas con su financiero, Francisco Martínez Marugán, para ponerlas ‘bonitas’ y continuar seduciendo al mercado con su formidable crecimiento.
UNA INSTRUCCIÓN “ETERNA”
Cinco años después, de Gowex apenas queda el recuerdo en forma de publicidad de algún quiosco antiguo. Pero el escándalo sigue vivo. Primero, porque aún duele, porque el profundo malestar de los empleados, los accionistas y los clientes engañados permanece. Y segundo, porque de lo destapado aquellos días y en las semanas sucesivas queda mucho por esclarecer y todo por juzgar. Todavía aguarda un juicio que no termina de llegar tras una instrucción por parte del juez Santiago Pedraz que, según las partes implicadas con las que ‘Invertia’ ha podido hablar, se ha hecho “eterna”. Justifican, eso sí, que todo este tiempo, estos ya cinco largos años, responde “al amplio número de afectados e investigados, la cantidad de periciales encargadas y la complejidad de encontrar y seguir la pista a los envíos de dinero a paraísos fiscales”.
En estos momentos, el proceso se encuentra en su fase intermedia, es decir, tras la de instrucción y antes del juicio oral. Entre finales de marzo y comienzos de abril, las acusaciones presentaron los escritos de acusación y ahora, tras su traslado a los acusados, es el turno de los escritos de defensa, que serán remitidos igualmente a la sección de la Sala de lo Penal que finalmente se encargue del juicio. ¿Se sabe cuál es? Aún no. ¿Y quién será el magistrado? Tampoco. ¿Y cuándo podría ser? No, aunque personas conocedoras del caso consideran que ven difícil que dé tiempo a que el juicio comience este año.
En los escritos de acusación de abril, la Fiscalía Anticorrupción solicitó 18 años de prisión para Jenaro García, que quedó acusado de falsedad en documento mercantil, fraude de inversores, apropiación indebida, fraude a los presupuestos de la Unión Europea y uso de información relevante. También reclamó la misma pena para la mujer de García y consejera de Gowex, Florencia Maté Garabito, así como 17 años y medio de cárcel para el financiero y secretario del consejo de administración, Francisco Manuel Martínez Marugán. En conjunto, les pidió además indemnizaciones que superan los 20 millones de euros.
En la primavera de 2014, Gowex llegó a valer 2.000 millones de euros en bolsa, más que, por ejemplo, tres de las compañías que forman parte ahora del Ibex 35. Y ‘Jero’ tuiteaba una y otra vez sobre los nuevos contratos y las nuevas ciudades a las que llegaba ‘el agua’ de Gowex, su wifi gratis. Entonces, como dice su poema de cabecera, ‘If’, de Rudyard Kipling, estaba conociendo a uno de los dos impostores, el triunfo. Ahora conoce al otro, la derrota. Aunque el epílogo llegará con el juicio. Y con la sentencia. Será entonces cuando sabrá si, como dejó escrito Kipling, podrá “tratar de la misma manera a esos dos impostores”.