Cuidar de las finanzas personales es una tarea que exige una gran fuerza de voluntad y, sobre todo, mucha constancia. Por eso no todo el mundo logra ahorrar y alcanzar la meta marcada. Algo similar ocurre cuando se pierde peso. 

Estos dos objetivos tienen mucho más en común de lo que pensamos. Christopher Payne y Rob Barnett, economistas y antiguos obesos, se conocieron siendo compañeros en Bloomberg LP, cuando ambos tenían sobrepeso. El proceso que llevaron a cabo para adelgazar lo han plasmado en el libro 'La dieta de los economistas: la fórmula sorprendente para perder peso y seguir haciéndolo'. Los economistas escriben sobre cómo aplicando las lecciones que aprendieron estudiando economía consiguieron perder más de 50 kilos en 18 meses. Según los autores, la economía es la ciencia de las decisiones humanas y puede ayudarnos en cualquier aspecto de nuestra vida. 

AUSTERIDAD

Recomiendan no tomarse la dieta como “un programa autoimpuesto de austeridad alimentaria”. Por el contrario, los autores la asemejan a una crisis económica, en la que es necesario reducir los gastos para evitar problemas futuros. 

Dicen que la obesidad es como un gobierno con una gran deuda que podría continuar con sus malos hábitos y acrecentar su endeudamiento hasta niveles catastróficos (o hasta que suponga graves problemas de salud, en el caso del peso). O bien, que podría llevar a cabo una incómoda reducción en el gasto del gobierno (con una dieta estricta). Los economistas establecen que seremos nosotros mismos los responsables de establecer nuestras propias condiciones de escasez en medio de esta abundancia de deuda o de grasa. 

EL CICLO DE DEMING

Además, aseguran que es importante seguir una estrategia para tener éxito a la hora de adelgazar que cumple con el ciclo de Deming: planificar, hacer, verificar y actuar. Para ello, es necesario pesarse a diario.

Para comer menos, explican los economistas, es importante ser cuadriculado con la comida principal del día, que debe limitarse a un plato con alguna carne a la parrilla y dos porciones de vegetales para acompañar. Las otras ingestas deben ser muy ligeras: una sopa, una ensalada o un tazón de cereales no azucarados. Si tienes alguna indulgencia (porque acabas comiendo algún dulce o tienes un compromiso), las otras comidas deben omitirse por completo. Payne y Barnett en su mayoría consideran que los ayunos son una oportunidad para reducir calorías. Es una economía básica.

ECONOMÍA CONDUCTUAL

Así, Payne y Barnett sugieren rutinas basadas en la economía conductual, como pesarse todos los días e ingerir más o menos calorías en función del resultado. Es decir, hacer con la comida lo mismo que haríamos con un presupuesto limitado: consumir menos alimentos o alimentos con menos valor calórico.

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