La incertidumbre que generan los últimos movimientos en la guerra comercial entre China y EEUU siguen pasando factura a las bolsas europeas. El rojo suave de su apertura ha terminado volviéndose más oscuro al cierre. Y eso a pesar de que durante la mayor parte de la sesión los índices del Viejo Continente se apuntaban al rebote. El Ibex 35 ha despedido el martes con una caída del 0,89% hasta los 8.699,4 puntos. Tres sesiones seguidas a la baja y ya solo 150 enteros separan su gráfica de los mínimos del año, marcados en enero.
El giro al rojo de las bolsas europeas en la recta final de la sesión ha tenido su epicentro en EEUU. Wall Street ha abierto a negociación con poca fuerza en el rebote a pesar del drástico descalabro que ayer sufrió el parqué neoyorquino y las débiles cifras de empleo del informe JOLTS han hecho el resto para volver a poner de los nervios a un mercado que sigue sufriendo el fuego cruzado de acusaciones y desmentidos con China. Incluso a pesar de que el banco central del país asiático ha lanzado un paquete de medidas para estabilizar de nuevo al yuan en el entorno de los siete dólares.
Entre las medidas decretadas por Pekín para que el órdago a Washington no se termine volviendo en su contra figura la fijación de un punto medio para la horquilla de fluctuación de su divisa más bajo de lo que esperaba por el mercado. Además, se ha anunciado una amplia emisión de deuda pública en el mercado offshore de 30.000 millones de yuanes, unos 3.785 millones de euros al cambio actual. Un movimiento con el que se busca retirar liquidez del mercado y facilitar el freno en el retroceso de la moneda china.
Si ayer el Ibex 35 lograba esquivar el golpe con más solvencia que la mayoría de sus vecinos, este martes ha sido el farolillo rojo de Europa, con la entrega de los 8.700 puntos. A este comportamiento han contribuido especialmente las grandes compañías del índice, aquellas que cuentan con un negocio más internacionalizado y se juegan más en el devenir del comercio mundial y la circulación de capitales.
Entre las más penalizadas del índice han estado Meliá Hotels (-4,07%), Viscofan (-3,09%), que cuenta con una amplia presencia en el mercado chino, ArcelorMittal (-2,19%), Banco Santander (-1,97%) y Telefónica (-1,92%), que ha logrado salvar los 6,5 euros de la quema. Ence (-3,48%) se ha sumado al furgón de cola.
Las inestabilidad en el mercado de divisas y la posibilidad de que esto genere un nuevo vuelco en las hojas de ruta de los bancos centrales ha impactado sobre el sector financiero. Bankia (-1,87%) y CaixaBank (-1,75%) han sido los más bajistas.
Al otro lado de la tabla de revalorizaciones, apenas ocho valores han logrado aferrarse al verde de las ganancias. Al frente de este grupo, Siemens Gamesa, que ha conseguido rebotar un 3,25% a contracorriente gracias a una revisión de consejo y precio objetivo de Goldman Sachs. Cellnex y Ferrovial han sido las siguientes de la lista, con avances del 1,62% y del 0,97%, respectivamente.
Los valores energéticos también se han colocado en su mayoría en ganancias. Iberdrola, que sigue sumando remontadas a la contra del mercado ha ganado un 0,67% hasta los 8,7 euros por acción. Enagás (+0,35%) y Endesa (+0,04%) también han sido alcistas.
Por el mercado secundario de renta fija, la búsqueda de refugio inversor se ha dejado sentir en una prima de riesgo que ha subido hasta los 77 puntos básicos. El bono alemán a diez años ha sacado pecho ante la situación desatada para alcanzar una rentabilidad negativa del 0,54% mientras que los tipos exigidos a los papeles españoles al mismo vencimiento se ha incrementado ligeramente hasta el 0,54% a favor de sus tenedores.