Wall Street se tiñe del rojo de la bandera de China. El país asiático ha anunciado aranceles a productos ‘made in USA’ por 75.000 millones de dólares, pero Donald Trump ha estado rápido en anunciar una amplia batería de represalias. Un bombazo más que un disparo en una guerra comercial que “ya ha perjudicado en gran medida los intereses de EEUU, China y otros países”, según lo reconoce el comunicado oficial emitido por Pekín.
El Gobierno chino establece dos oleadas de peajes: el 1 de septiembre y el 15 de diciembre, las mismas fechas que EEUU había marcado para el establecimiento de sus propios aranceles a los productos procedentes del país asiático. Pero Trump ha ido más allá y ha "ordenado" a las compañías estadounidenses que busquen "alternativas" para sus fábricas y proveedores en China y que valoren "volver a casa" . Los inversores dan por hecho que la mesa de bilateral de negociaciones ha saltado por los aires en la víspera de la Cumbre del G7 y huyen despavoridos ante el temor a una recesión global acelerada.
La respuesta de China a los aranceles que ya había anunciado el Gobierno estadounidense y el contragolpe de Trump han llegado en una sesión especialmente sensible para los mercados, que esperaban con atención el discurso de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de EEUU (Fed), en el simposio de Jackson Hole. El día grande del economista ha pasado sin pena ni gloria a pesar de que ha anunciado que está listo para actuar y tomar las medidas necesarias, pero ha rechazado hablar del recorte de tipos que Trump le viene exigiendo un día tras otro a golpe de tuit. Las actas de la última reunión de la Fed, que dejaron en evidencia una fuerte división entre sus miembros más partidarios de medir cada paso y los que ya se decantan por un regreso más ágil a la aplicación de estímulos monetarios.
Con el único alivio de las palabras de Powell, ha pesado más el órdago cruzado entre Washington y Pekín a la espera de que en las próximas horas se concreten las medidas de la Casa Blanca contra el país asiático. El Dow Jones ha perdido un 2,37%, más de 620 puntos en números redondos, ha vuelto a apearse de los 26.000 puntos y ha cerrado en los 25.628,9 puntos. El agregado S&P 500 ha ido acelerando el descalabro hasta el 2,59% a la baja, en 2.847 puntos.
CASTIGO A LAS TECNOLÓGICAS
Mientras tanto, el tecnológico Nasdaq ha sido el índice más penalizado por la mayor exposición de sus compañías al pulso comercial con China y la 'invitación' lanzada por Trump. La estampida inversora se ha traducido en caídas del 3%, que han vuelto a distanciar al índice de la cota del 8.000, hasta los 7.751,8 más concretamente. Apple, la gigante por antonomasia del sector, ha caído un 4,6% al cierre. Keysight Technologies (-7,1%) y Advanced Micro Devices (-7,4%) se han colocado en el furgón de cola de la bolsa neoyorquina.
Por si fuera poco para un panorama pesimista, la única referencia macroecónomica destacable en EEUU es la de venta de viviendas de nueva construcción, que se ha desplomado un sonoro 12,8% cuando se espera que descendiera únicamente un 0,2% en el mes de julio. No obstante, Trump parece tomarse a broma el hundimiento y comenta en redes sociales que "quizá" se debe a que el demócrata Seth Moulton "ha abandonado la Carrera Presidencial 2020".
En el terreno corporativo, uno de los focos de la sesión está en la oferta que la juguetera Hasbro ha lanzado por la productora eOne, responsable de los populares dibujos animados Peppa Pig. La estadounidense ha sufrido caídas del 8,9% después de haber puesto sobre la mesa 3.640 millones de euros en efectivo para hacerse con el control de la firma británica.
Mejor suerte han corrido las acciones de Salesforce, que se han apuntado subidas del 2,19% después de haber publicado unas cuentas mejor que las esperadas por los analistas que más de cerca siguen su evolución. Mientras que el consenso de mercado esparaba 47 centavos de dólar de beneficio por acción, la compañía ha superado estas cifras hasta alcanzar los 66 centavos por título. El beneficio neto al cierre del segundo trimestre fiscal ha sido de 91 millones de dólares, según la información conocida este viernes.
Por el rojo se descuelgan también las acciones de la cadena deportiva Foot Locker después de haber dado a conocer su balance del segundo trimestre. La compañía ha sufrido un descalabro del 18,91% tras conocerse que el beneficio neto se quedó en 60 millones de dólares, unos 55 centavos por acción, que ajustados ascienden hasta los 66 centavos. En cualquier caso, el importe no logra alcanzar los 67 centavos que habían previsto los analistas, según lo que marca el consenso recogido por FactSet.
Al fondo del S&P 500 ha repetido L Brands, la matriz de Victoria's Secret, que sigue digiriendo sus malas previsiones de negocio y débiles cifras trimestrales. Este viernes, sus acciones han caído un 9,29%. Le ha quitado el puesto de colista a la tecnológica HP Inc, que ha anunciado cuentas trimestrales y relevo para su consejero delegado.
Los inversores han penalizado las débiles cifras de negocio y este cambio inesperado con caídas del 5,92%. El encargo ha recaído sobre el español Enrique Lores, actualmente presidente de la división de Imagen, Impresión y Soluciones de la compañía, pero tomará posesión del puesto el próximo 1 de noviembre para relevar a Dion Weisler, que ha presentado su renuncia por motivos familiares. En el conjunto de los nueve primeros meses de su año fiscal, HP obtuvo un beneficio de 2.764 millones de dólares, un 28,7% menos que hace un año.