El jueves, el Banco Central Europeo (BCE) redujo los tipos de interés de la facilidad de depósito, los importantes ahora, del -0,40% al -0,50%. Y el viernes, el euríbor subió en todos sus plazos y el euro se apreció para acercarse a los 1,11 dólares. ¿A qué se debían estas reacciones, cuando lo que ‘tocaba’ tras la batería de medidas expansivas anunciadas por el BCE era justo lo contrario, bajadas adicionales en los índices de financiación y depreciación del euro? La causa hay que buscarla en el nuevo sistema de doble nivel de tipos de interés (‘tiering’) que también anunció la entidad presidida por Mario Draghi el pasado jueves. 

Es la primera vez que el BCE lo pone en liza, y por la sensibilidad que puede tener en el sistema financiero y precisamente por las primeras reacciones que ya se han visto, la institución extremará su vigilancia del mercado monetario por las distorsiones que puede introducir. 

El ‘tiering’ consiste en el establecimiento de un sistema escalonado en la gestión de las reservas bancarias. En concreto, lo que ha hecho el BCE es introducir un sistema con dos niveles. En uno de ellos, los bancos no pagarán ningún interés de penalización por sus reservas excesivas, que pasarán a estar remuneradas al 0%. En el otro, pagarán la penalización que supone que el interés de la facilidad de depósito se encuentre en negativo. Desde este miércoles, esta sanción será del -0,50%. 

Hasta ahora, el BCE aplicaba el mismo interés de penalización a todo el exceso de liquidez que la banca europea acumulaba. Con los datos actuales, que reflejan un exceso de liquidez de 1,75 billones de euros -casi 580.000 millones procedentes del dinero aparcado por la banca en la ‘ventanilla’ de la facilidad de depósito y 1,18 billones provenientes de las reservas excesivas sobre las mínimas exigidas-, esa penalización del -0,40% se traduce en una ‘factura’ diaria de 19,3 millones de euros -más de 7.000 millones al año-. Este sistema ya cuenta con un ‘mini-tiering’, porque quedan exentas de penalización las reservas de dinero mínimas que el BCE exige a los bancos; en estos momentos, 132.047 millones. 

El ‘tiering’ neutraliza hasta tal punto el impacto de la rebaja adicional de los tipos para la banca que la traduce en una subida. La 'factura' diaria que los bancos abonarán se corresponde con unos tipos del -0,31%. Es decir, por encima de los -0,40% actuales y de los -0,50% que regirán desde el miércoles

Desde el 30 de octubre, que es cuando el ‘tiering’ entrará en vigor, el BCE establecerá dos niveles. Por un lado, elevará la cantidad exenta de penalización a seis veces las reservas mínimas exigidas -con los datos actuales, 132.047 millones x 6 = 792.292 millones-. Es decir, la exención pasa de una vez a seis veces las reservas mínimas. Este volumen se librará por tanto de la sanción que los tipos negativos suponen para la banca. Por otro lado, las reservas excesivas que aún queden por encima de esa cantidad y el dinero que siga en la ‘ventanilla’ de la facilidad de depósito continuarán pasando por caja y sufrirán la penalización de los tipos negativos. 

Con los mismos datos actuales, el exceso de liquidez que sufriría penalización quedaría rebajado hasta los 1,1 billones de euros -casi 580.000 millones de la facilidad de depósito y 522.000 millones reservas excesivas-. Al -0,50% que estará vigente ya desde el miércoles, la nueva ‘factura’ se situaría en los 15,1 millones al día -5.500 millones al año- gracias al 'tiering'.

Y aquí, en estas cifras, se aprecia ya lo que supone el ‘tiering’: una subida de los tipos de interés coincidente con una bajada de los tipos de interés. Sin el ‘tiering’, la rebaja de los tipos al -0,50% se hubiera traducido -siempre sobre la base de los datos de liquidez actuales- en una ‘factura’ diaria de 24,1 millones de euros -8.800 millones actuales-. Con el ‘tiering’, en vez de subir la ‘factura’, baja; o lo que es lo mismo, neutraliza hasta tal punto el impacto de la rebaja adicional de los tipos para la banca que la traduce en una subida.

Esos 15,1 millones que pagaría ahora se corresponden con unos tipos del -0,31%. Es decir, por encima de los -0,40% actuales y de los -0,50% que regirán desde el miércoles. El viernes, el euríbor a 12 meses, que llevaba desde mediados de agosto acechando el -0,40%, repuntó hasta el -0,325%, y este lunes ha dado continuidad al avance para situarse en el -0,309%, con lo que está siguiendo el camino marcado por el 'tiering'.

LA CLAVE DEL MULTIPLICADOR

Este ‘truco’ es el que persigue el BCE para obtener un doble efecto: por un lado, intentar abaratar aún más los costes de financiación y generar unos tipos reales -descontando la inflación- más negativos con la rebaja de los tipos en un entorno de baja de inflación; y por otro, mitigar el perjuicio que esa misma rebaja tiene en la ya dañada rentabilidad de la banca, que desde 2014, cuando el BCE introdujo tipos inferiores al 0% en la facilidad de depósito, ya ha pagado más de 23.000 millones por la penalización que estos tipos negativos suponen

El reto para el BCE es ser lo más preciso posible para que ninguno de los dos efectos anule al otro o genere demasiadas distorsiones en los mercados. De ahí la relevancia del multiplicador elegido. Esas 6 veces no son casuales. Son un múltiplo con el que la entidad presidida por Draghi pretende imponer a la vez una política más expansiva –tipos reales negativos mayores-, pero menos lesiva para los bancos. "El Consejo de Gobierno establecerá el multiplicador de modo que los tipos del mercado monetario a corto plazo no se ven indebidamente influenciados", reconoció ya el BCE el pasado jueves. Y ese será el terreno que monitorizará ahora. 

Esas seis veces son, por tanto, el pilar central del 'tiering'. Si el BCE pone un multiplicador demasiado bajo -2, 4 veces-, la banca no notaría apenas el alivio pretendido; si lo pone demasiado alto -10, 12 veces-, dejaría exentas tantas reservas que la subida de los tipos sería mayor y causaría más tensiones en el mercado monetario o de financiación a corto plazo porque en realidad estaría endureciendo su política monetaria

Por el momento, y en el propio anuncio del ‘tiering’, el BCE ya aclaró que impondrá el mismo multiplicador a todos los bancos y que tanto el 0% de interés establecido para el dinero que quede exento de penalización como el multiplicador de seis veces “pueden cambiar a lo largo del tiempo”. Es decir, el BCE ‘jugará’ con ellos, los ajustará, según los efectos que vea. Si, por ejemplo, detecta que el sistema introducido genera tensiones en el mercado monetario e incluso en el euro, bajará ese interés y/o reducirá el multiplicador; y al contario si quiere proporcionar más alivio a la banca: subirá ese interés y/o elevará el multiplicador

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