La huida de dinero en las sociedades de inversión de capital variable no cesa. La ausencia de un Gobierno con un programa económico y fiscal definido se ceba con estos vehículos más conocidos por el acrónimo sicavs, de los que ya huyen más de 602 millones en lo que va de año. Es casi el triple que en el mismo periodo del pasado ejercicio.
Entre enero y septiembre de 2018 pusieron pies en polvorosa 231 millones de euros de las sicavs españolas. Una cifra que, según los datos aportados por la consultora especializada VDOS, se concentró de mayo en adelante. Aquel fue el mes en el que la moción de censura al expresidente Mariano Rajoy marcó el inicio de la incertidumbre política de la que España no ha logrado reponerse aún.
Las ya abultadas cifras de entonces marcaban la huida de unos 25,7 millones de euros mensuales de estos vehículos de inversión. A lo largo de este 2019, el mes con un registro más amable para las sicavs ha sido febrero, cuando se produjeron reembolsos netos por 33 millones de euros. Los datos provisionales de la consultora para el recién acabado septiembre sacan a la luz la huida de 43,25 millones de euros, máximo del último trimestre y coincidente con la confirmación de que definitivamente habrá que repetir elecciones generales.
La fragmentación que se sigue previendo para el voto y el propio calendario establecido por la normativa vigente arrojan serias dudas de que 2019 pueda terminar con un nuevo Gobierno ya establecido. Un escenario que invita a pensar en que este ejercicio se confirmará como el más negro para la historia de estos vehículos de inversión.
La estampida se ha acelerado en este 2019 al punto de alcanzar unas cifras medias de reembolsos netos mensuales de casi 90 millones de euros
Con los datos de septiembre, ya son 13 meses consecutivos de retirada de dinero en las sicavs españolas. En este tiempo, siempre según los datos de la misma consultora, la huida suma un total de 1.168,5 millones de euros. Dicho de otro modo: la estampida ha adquirido un ritmo medio de casi 90 millones de euros en retirada cada mes.
A lo largo de los últimos 12 meses, los reembolsos netos superan la cota de los 1.000 millones de euros. Y con holgura, por 83 millones. De este tiempo, el peor registro mensual para las sicavs es el que dejó noviembre del año pasado, cuando huyeron nada menos que 199,5 millones de euros. No fue casualidad, pues entonces fue cuando con más rotundidad se señaló a estos vehículos para una subida fiscal desde las filas de Podemos, necesarios aliados del PSOE de Pedro Sánchez para la formación de Gobierno.
UN MANDATO DE CASI PLENO
En este sentido, el líder socialista sigue acumulando plusmarcas en su historial como presidente español en lo que a la sangría inversora de las sicavs se refiere. Con los datos de septiembre, ya son 1.359,7 millones de euros los que han huido de estos vehículos desde que él se convirtió en el inquilino del Palacio de la Moncloa en junio del año pasado. Cuando la negociación con Podemos se ha tensado, la revisión del régimen fiscal de estas sociedades ha sido una oferta mantenida hacia los compañeros de Pablo Iglesias al punto de que incluso se propuso su inserción en los Presupuestos Generales del Estado.
A esta cabalgante huida de dinero inversor se han sumado unos mercados más volátiles de lo que habían sido en tiempos de mayor estabilidad política a este lado de los Pirineos. Un cóctel que resulta en un patrimonio conjunto que se queda en 28.780 millones de euros frente a los 31.353 millones que sumaban en mayo de 2018, último en el que Mariano Rajoy retuvo la Presidencia del Gobierno. Un descenso del 8,2% en términos relativos a lo largo de estos últimos 16 meses de mandato de Sánchez, la mayoría de los cuales en funciones.
La constante amenaza incumplida de la revisión de la fiscalidad de estos vehículos se ha convertido en el principal motor de la retirada inversora que sufren
Bajo la presidencia de Sánchez, las sicavs han sufrido reembolsos netos todos los meses con la única excepción de agosto de 2018. Y solo entraron 4,3 millones de euros netos, según los registros de VDOS. Casi pleno en la estampida inversora de un vehículo que se ha convertido en la bestia negra en lo que a materia fiscal se refiere tanto para los socialistas como para varios de sus potenciales aliados.
En esta línea se han manifestado en repetidas ocasiones varias firmas de gestión de activos y sus directivos, que no han dudado en acusar al Gobierno que sigue en funciones de preparar una suerte de “caza de brujas” sobre estas sociedades. Desde el presidente de Inverco, la patronal del sector, hasta el de Belgravia Capital, una de las gestoras independientes españolas más modestas, han advertido de que este marcaje juega en contra del mercado nacional como destino de inversión. De momento, la huida sigue sin freno y no se espera un Gobierno con todas las de la ley hasta, al menos, dentro de dos meses y medio.