Los episodios de incertidumbre y volatilidad como el actual acostumbran a acrecentar el interés de los inversores por los derivados financieros. Ya sea como una estrategia de cobertura frente a los vaivenes de precios o como una herramienta oportunista para arañar rentabilidad para la cartera con movimientos rápidoS al son de estos bandazos, el uso de productos cotizados adquiere un papel más determinante para muchos actores del mercado.
Este es el escenario en el que el bróker británico IG ha lanzado al mercado los turbos24, el primer derivado cotizado las 24 horas y accesible para el inversor minorista. José Antonio Martín Quiroga, jefe de ventas de la casa para España, repasa con INVERTIA la situación actual de este mercado, sus retos de futuro y las oportunidades y riesgos de su manejo por parte de pequeños inversores.
Pregunta (P.): ¿Cómo es el inversor español con respecto a sus vecinos europeos? ¿Y en su relación con los productos derivados de inversión?
Respuesta (R.): El inversor español hace unos años se conformaba con tener acceso a los cuatro ‘bluechips’ del mercado doméstico y poco más. Ahora, quiere contar con acceso a un número de activos y mercados mucho mayor: acciones, índices, materias primas, divisas… En esto es igual que el alemán, el francés y el italiano. Además, quiere poder desplegar cada vez más un mayor número de estrategias y poder invertir ganando tanto en mercados alcistas como bajistas.
Es aquí donde nace la importancia de los productos cotizados, que son transparentes y están regulados. El problema de que tengan una menor penetración en las carteras que en otros países del entorno europeo está en que la oferta de derivados en España no ha sido pensada a la medida del inversor minorista, pero afortunadamente es algo que va cambiando.
P.: ¿Cuáles son los activos favoritos del inversor español cuando busca estos derivados?
R.: El inversor español busca, sobre todo, el acceso a índices bursátiles. Más allá del DAX alemán, es sorprendente el interés que aquí despierta el índice francés CAC 40.
"Llevo oyendo que el mercado se va a desplomar y va a ser un desastre total desde hace dos años y hasta cuatro de la boca de los más catastrofistas"
En las últimas semanas, es increíble el repunte que está habiendo en la creación de posiciones sobre el oro. Esto es algo que suele ocurrir: cuando la gente ve noticias en torno a un activo o temática de inversión, crece su interés por ello y busca cómo invertir ahí y con qué herramientas cuenta. Estos productos se convierten, por tanto, en una puerta a la democratización de la inversión.
En el mercado de divisas, los más buscados son los pares que incluyen al euro y al dólar. También ha crecido el interés por la libra esterlina, de forma especial con los últimos coletazos del Brexit. Esto es reflejo de que cuando el inversor está formado, en lo que ve oportunidades en el mercado, intenta aprovecharlas.
P.: Ha hablado de democratización de la inversión, ¿en qué sentido han contribuido a este proceso los productos cotizados?
R.: En el sentido de que estos derivados aptos para inversores minoristas dan acceso a mercados que de otro modo tendrían vedados. En IG siempre nos dirigimos al inversor particular, el ‘retail’, aunque siempre formado e informado. Ciertamente, se trata de productos de riesgo que requieren buena formación y saber qué producto se está contratando. Además, hemos fijado unos requisitos de solvencia mínimos porque entendemos que no son adecuados para todo el mundo en según qué casos.
Es por esto que en IG realizamos un test de adecuación de diez preguntas que va más allá de lo que solicita la normativa vigente para asegurar que los clientes conocen bien las características del producto y saben operar con él, de manera que hasta se introducen casos prácticos. Así, sabemos que tenemos muchos clientes profesionales, que no institucionales, que son los que sin dejar de ser minoristas cumplen al menos con dos de los tres requisitos que marca la normativa actual para operar con más margen en este mercado.
P.: ¿Y puede darse que el posible cliente no supere el test?
R.: Así es. De hecho, de entre las 25.000 solicitudes que hemos recibido para ser considerado inversor minorista profesional dentro del entorno de ESMA, solo hemos aceptado 6.000 de todas ellas, lo que supone menos de un 25%. Sin embargo, desde IG procuramos una fuerte apuesta por la formación financiera, de manera que un cliente puede proceder a repetir el test después de un tiempo y siempre, antes de contratar un producto, se accede a la ficha del mismo donde se recogen todas sus características concretas.
Con todo esto, el 66% de los ingresos del grupo proceden de clientes profesionales, lo que da idea de quiénes son los que lideran la operativa en estos productos. Otra cifra destacable es que solo el 15% de los ingresos netos de trading de IG se generó por parte de clientes con menos de un año operando en su plataforma, mientras que un 55% de los mismos era atribuible a inversores con más de tres años de experiencia en la casa.
P.: ¿En qué medida ha contribuido la revisión de la normativa sobre derivados para minoristas a este balance de ingresos?
R.: Los cambios introducidos por las últimas normas de protección al inversor minorista, tanto a nivel europeo como español, se han traducido en un impacto del 16% sobre los ingresos del grupo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se procedía de un año de récord en esta cifra y se ha pasado a un mercado de volatilidad en mínimos que desincentiva mucho estas estrategias con productos cotizados.
P.: En este sentido, ¿qué ofrece un derivado sobre un fondo cotizado (ETF) en un momento en el que la gestión pasiva e indexada ganan cada vez más terreno?
R.: Considero que se trata de productos complementarios, porque no vienen a cumplir la misma función en la cartera de inversión. El producto cotizado permite apalancamiento y posiciones más de corto plazo para coberturas o para intentar batir al mercado con la parte de la cartera menos adversa al riesgo. Mientras tanto, el ETF lo veo para inversiones más largoplacistas.
El objetivo de IG en el mercado de los derivados es dar acceso a más productos en más geografías cumpliendo siempre meticulosamente la normativa de protección al inversor, ya que estamos convencidos de que es lo mejor para todas las partes. Lo que tenemos que hacer es ofrecer una propuesta multiproducto, transparente, traspasable y tangible, ya que los productos cuentan con su propio ISIN y su propio folleto.
"El inversor español hace unos años se conformaba con tener acceso a los cuatro ‘bluechips’ del mercado doméstico y poco más"
P.: ¿Y qué vienen a aportar de nuevo los turbos24 que acaban de lanzar?
R.: La principal característica común con el resto de turbos que comercializamos para el inversor minorista es que el cliente puede elegir el apalancamiento con el que actúa en función de lo adverso o no que sea al riesgo, mientras que la pérdida máxima siempre queda limitada al capital depositado. Además, este producto permite invertir tanto al alza como a la baja en multitud de subyacentes y sin comisiones. Más allá, su principal novedad es que cotizan durante las 24 horas del día.
Esto es posible gracias a que IG se ha aliado con la alemana Spectrum, que es la que permite ofrecer precios durante todo el día gracias a que cuando el mercado está cerrado aporta una cotización fundamentada en índices correlacionados de los mercados que sí permanecen abiertos en cada momento. De este modo, su principal ventaja es que se pueden abrir o cerrar posiciones cuando se quiera, sin huecos de apertura de sesión que te atrapen. Esta es la esencia del producto: que cotiza durante las 24 horas y puedes abrir y cerrar posiciones fuera de horas, aunque no se va a ejecutar ningún nivel de ‘knock-out’ contra el inversor mientras su mercado principal no esté abierto.
P.: ¿Qué acogida tiene este nuevo producto por ahora?
R.: El inversor español está demostrando mucho interés por los turbos24. Esto tiene mucho que ver con la penetración que tiene Internet en el país, que es altísima, lo que también repercute en los mercados financieros. Es un colectivo que cada vez opera más a través de su móvil, lo que también ayuda a que el inversor particular pueda acceder a la inversión, algo que tiene especial incidencia en los ‘millennials’, que ya son señores de 30 años en muchos casos.
P.: ¿Se acercan los jóvenes a este tipo de productos cotizados?
R.: Indiscutiblemente. Además, el inversor español y especialmente el más joven quiere conocer y formarse. Y pide formación, acceder a cursos… En definitiva, conoce mucho más de lo que conocía hace diez años. Además, este tipo de cliente suele buscar una mayor autogestión de sus posiciones de inversión.
También hemos constatado que cada vez más mujeres muestran interés por los mercados. Se interesan por su funcionamiento, las oportunidades de inversión que ofrece, se forman en ellas y acceden a él.
"De las más de 25.000 solicitudes que hemos recibido para ser considerado inversor minorista profesional solo hemos aceptado menos de un 25%"
P.: En un escenario de indefinición como el actual, ¿hacia dónde apuntan las posiciones de vuestros clientes?
R.: En realidad, hay un poco de todo porque no hay un sentimiento de mercado definido. Es muy difícil determinarlo porque estamos en un momento muy complejo con muchos focos de incertidumbre pendientes de resolver.
Llevo oyendo que el mercado se va a desplomar y va a ser un desastre total desde hace dos años y hasta cuatro de la boca de los más catastrofistas. Está claro que la economía es cíclica y que la corrección tendrá que llegar, pero nunca se sabe con exactitud en qué momento del ciclo se está, por lo que hacer predicciones en este sentido es muy difícil. Al final, lo mejor es seguir el análisis técnico y fundamental y mirar el día a día de los mercados.