El Ibex 35, cual Dr. Jekyll y su Mr. Hyde, es uno con dividendos... y otro muy distinto sin ellos. Incluyéndolos, y tras las últimas subidas, el índice de referencia de los mercados españoles se encuentra en estos momentos a menos de un 5% de sus máximos históricos. Sí, de toda su historia. 

Es normal que sorprenda, porque sin ellos se mueve 'solo' en los niveles más altos desde agosto de 2018, y a bastante distancia de los 10.000 puntos vistos en mayo del año pasado o de los 11.000 del mismo mes de 2017. Y todavía más, es que sin contar las retribuciones a los accionistas se encuentra un 40% por debajo de su máximo histórico, alcanzado en noviembre de 2007 al borde de los 16.000 puntos. 

En estos momentos, la versión sin dividendos, que es la que más se publica porque es la que responde al cálculo oficial del Ibex 35, ha logrado superar la cota de los 9.600 puntos para anotar en su marcador una subida del 13% en 2019. La que sí contiene los dividendos, en cambio, se mueve en los 28.000 puntos y registra una revalorización del 16% en 2019 con la que se acerca a los 29.200 puntos a los que llegó a escalar en mayo de 2017.   

La clave de esta brecha reside en el cálculo del Ibex, puesto que descuenta el pago de los dividendos. Esta realidad no solo genera un impacto considerable a la hora de valorar cuál es la rentabilidad auténtica que se está llevando realmente quien invierte en el Ibex y en sus valores, sino que distorsiona la comparación con otros índices que en su versión habitual sí incluyen las retribuciones a los accionistas. 

TRADICIÓN RETRIBUTIVA

Estos efectos provocan un impacto mayor por la tradición retributiva de las cotizadas españolas, también de las que forman parte del Ibex. En estos momentos, y según los datos que recoge Refinitiv, la rentabilidad por dividendo del índice se sitúa en el 4,3%. Es decir, se encuentra en línea con la media del 4% que suele mostrar. Y que resulta clave en la disparidad de la distancia a sus máximos del Ibex sin dividendos y del Ibex con dividendos, puesto que el primero se 'pierde' en su cálculo cada año esos 4 puntos porcentuales de rentabilidad.

Entre sus componentes, de hecho, hay varias compañías cuyo dividendo actual ofrece un rendimiento superior a ese 4%. Según las cifras de Refinitiv, las retribuciones de Enagás, Repsol, Bankia y Banco Santander superan el 6%; las de IAG y Telefónica se sitúa en el 6%; las de Endesa, Ence, Mapfre, Red Eléctrica y Mediaset rebasan el 5,5%; y por encima del 5% están CaixaBank, ACS y BBVA

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