No pudo ser. A pesar de que el primer trimestre del año anticipaba el rebote de la banca tras un fatídico 2018, en el que el sector perdió 48.200 millones de euros de capitalización, el giro ‘dovish’ de los bancos centrales ha impedido a estos valores alcanzar el sueño del rebote.
Es cierto que en la mayoría de los casos las pérdidas han sido menos abultadas este año, pero los números rojos confirman la desconfianza que aún acecha a la banca española, en un entorno de tipos de interés en mínimos que ha llegado para quedarse durante más tiempo del esperado… y que la banca está obligada a afrontar con nuevas estrategias si no quiere ver cómo su negocio sigue cayendo año tras año.
La gran preocupación de los inversores es evidente: cómo se las arreglará el sector para seguir ganando dinero con los tipos de depósito en negativo y las nuevas exigencias de ajustes por parte de los reguladores. La retirada en bolsa se ha producido casi en bloque. Solo BBVA y Sabadell escapan a los números rojos este año, pero sus subidas se limitan al 7% y al 4% respectivamente, después de perder un 31% y un 36% en 2018.
Este año, CaixaBank también se deja un 9%, mientras que Santander y Bankinter pierden más de un 6% de su valor. Por su parte, Bankia se ha convertido en el peor banco del Ibex con fuertes caídas del 25,7% que se suman al cerca del 40% que la entidad comandada por José Ignacio Goirigolzarri se hundió en 2018. Hace meses que sus títulos perdieron los 2 euros por acción y los analistas dudan de que el banco sea capaz de recuperarlos, al menos, hasta que vean mayor claridad en su proceso de privatización.
PÉRDIDAS ACUMULADAS
En total, los seis bancos del Ibex despiden este 2019 con 5.510 millones de euros menos de capitalización. Es decir, en solo dos años han perdido más de 53.700 millones de euros de su valor en bolsa. Pero eso no es lo más preocupante. El escenario que los analistas manejan para los próximos meses no es mucho más favorable, ni siquiera por valoración. En concreto, el consenso recopilado por Refinitiv (antiguo Thomson Reuters), limita el potencial alcista de los próximos doce meses al 8% para el sector, a pesar de haber llevado a cabo un severo ajuste en los precios objetivos medios de la banca cotizada a lo largo del año.
El principal recorte ha sido precisamente para Bankia. A cierre de 2018, los analistas otorgaban al valor un precio objetivo de 3,34 euros, un 41% por encima de la previsión actual que apenas rebasa los 1,94 euros por acción. La cifra, además, apenas supone un potencial alcista del 2,5% respecto a los 1,90 euros en los que la entidad ha despedido el 2019.
La situación se repite en Banco Sabadell, cuyo precio objetivo se sitúa ahora en 1,04 euros por acción, lo que implica un potencial alcista de cerca del 1% respecto a su cotización actual. A cierre de 2018 –en plena crisis por TSB, los analistas estimaban que el precio del banco debía rondar los 1,51 euros.
BANCO SANTANDER, CON MÁS POTENCIAL
El mayor potencial alcista de cara a los próximos meses lo presenta, de nuevo, Banco Santander. Los analistas otorgan a la entidad un precio objetivo de 4,38 euros. Es cierto que el dato supone un duro recorte desde los 5,3 euros que se estimaban a cierre de 2018, pero supone un potencial del 18% frente a los 3,73 euros en los que el banco comandado por Ana Botín ha despedido el año.
Con perspectivas alcistas de cerca del 10% encaran el 2020 BBVA y CaixaBank. El primero ha logrado cerrar el año en positivo pero por debajo del nivel clave de los 5 euros por acción. Su precio objetivo se sitúa actualmente en 5,45 euros, muy por debajo de los 6,29 euros que el consenso marcaba para el valor a principios de año. Más duros han sido los analistas con CaixaBank, al recortar su precio objetivo más de un 30% este 2019, pasando de4,39 euros a 3,05 euros por acción, lo que deja un potencial del 9,7% a la entidad que cierra el año en 2,78 euros.
Bankinter tampoco ha logrado recuperar soportes clave para su cotización como los 7 euros por acción. En concreto, la entidad comandada por María Dolores Dancausa cotiza a 6,53 euros, con un potencial que se limita al 3,5% al situar los analistas su precio objetivo en 6,78 euros. A cierre de 2018, los expertos situaban su valoración en 8,3 euros por acción.