El miedo vuelve a instalarse en el mercado americano después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya declarado la pandemia por el coronavirus.
El Dow Jones se ha dejado 1.470 puntos hasta los 23.641 enteros mientras que el S&P 500 ha cedido un 5,8% en los 2.742 puntos. Por su parte, el Nasdaq 100 recorta un 4,7% en los 7.952 puntos.
Con estas caídas del Dow Jones, Wall Street se adentra en lo que se denomina 'bear market', es decir, un mercado en el que los bajistas ganan a quienes se posicionan a favor de que las bolsas subirán. Una tendencia que dominaba durante los útimos once años.
Esta situación se produce cuando un índice se deja un 20% desde máximos, algo que ya ocurre en todos los índices americanos. El Dow Jones se deja, en concreto, un 21,6%; el S&P 500 recorta un 20,2% y el Nasdaq un 20,2% también.
Los descensos se han agudizado tras ese aviso de la OMS en el que reconoce estar "profundamente preocupada tanto por los niveles alarmantes de propagación y gravedad, como por los niveles alarmantes de inacción".
Todo ello mientras en Estados Unidos vuelven las dudas sobre los planes que Donald Trump tiene para intentar ayudar a la economía en estos momentos de crisis. Las negociaciones entre Demócratas y Republicanos no avanzan, la idea de bajar impuestos del presidente de Estados Unidos se aleja y son cada vez más las voces que le piden que declare un estado de emergencia.
Así que con todas estas noticias el Dow Jones se adentra en lo que se denomina como 'bear market'; es decir, en un mercado de osos en el que los bajistas se hacen fuerte frente a quienes consideran que las acciones pueden subir.
Goldman, negativo
Aviso a navegantes que se suma al informe de Goldman Sachs en el que ha sacado a la luz su lado más pesimista. Avisa de que el S&P 500 ha terminado su racha alcista y que podría tener todavía un recorte del 15% por delante en las próximas semanas.
En concreto, los analistas de Goldman Sachs se han puesto a revisar qué ha ocurrido en los episodios bajistas del mercado estadounidense desde el año 1835. Y su conclusión es, que según están las cosas, el S&P 500 tiene aún recorrido para caer hasta los 2.450 puntos. Un desplome del 28% desde sus máximos recientes.
Este mal augurio se suma a los muchos que en las últimas semanas han ido recortando sus previsiones de crecimiento económico, tanto a escala global como para EEUU.
Los inversores están en desbandada lo que favorece a la renta fija. El rendimiento del bono a 10 años estadounidense está en el 0,86%. El oro, por su parte, no logra posicionarse como activo seguro y está ahora mismo en los 1.646 dólares la onza con un recorte del 1%.
El crudo
También cae el petróleo, que no logra recuperarse de la guerra abierta por Arabia Saudí contra Rusia. El Brent se deja a esta hora un 4% en los 35,96 dólares el barril y el Texas un 3,30% en los 33,23 dólares por barril.
Todo ello en una jornada en la que en el ámbito corporativo hemos visto situarse a Tesla como la empresa industrial más valiosa en los Estados Unidos.
Ojo porque las caídas se han acentuado después del cierre en Europa, en donde las cosas no han ido mucho mejor. Así, el Ibex 35 se ha dejado un 0,34% en los 7.436 enteros. Se hunde a mínimos de ocho años y acumula ya cinco sesiones consecutivas de caídas.
En el resto de Europa hemos visto cómo el FTSE 100 ha recortado un 1,5% en los 5.876 puntos mientras que el DAX ha caído un 0,35% en los 10.438 puntos y el CAC 40 se ha dejado medio punto hasta los 4.610 enteros.