El castigo del coronavirus es doble en la bolsa española. Al profundo desplome de cotizaciones comienza a sumársele un constante goteo de cancelaciones de dividendo. La pandemia tiene pendiente de un hilo el reparto de más de 10.000 millones de euros entre los inversores de uno de los parqués tradicionalmente más generosos de Europa.
La necesidad de preservar liquidez ante lo que pueda estar por venir ha llevado ya a 15 cotizadas a cancelar sus dividendos o dejarlos en cuarentena hasta poder valorar más claramente cómo impactará el Covid-19 en sus respectivos negocios. Una situación insólita que amenaza con acabar con una de las insignias más diferenciales de la bolsa española, tanto a escala europea como global.
Y es que son varios pesos pesados del premio al accionista los que se han echado atrás en sus planes de reparto de caja fuerte.
La suma de los nueve dividendos que ya han sido oficialmente suspendidos en la bolsa española alcanza los 10.042,8 millones de euros. Si a esta cantidad se le añade la de los otros cinco que se han puesto en revisión hasta que se vuelvan a convocar sus suspendidas juntas de accionistas, la cifra asciende a 10.095 millones de euros.
Por si fuera poco, esto podría ser solo la punta del iceberg, pues muchas cotizadas aún no han tomado una decisión en firme sobre su política de retribución al accionista, mientras que otras no dejan de recibir presiones para que suspendan los repartos de beneficio. En este segundo grupo están especialmente los bancos, tanto que el Banco Central Europeo (BCE) les ha pedido formalmente -que no exigido- que no distribuyan dividendos hasta, al menos, octubre.
Tijeretazo en la banca
Algunas entidades financieras han sido más ágiles que la petición de la institución que preside Christine Lagarde. Banco Santander abrió la veda al anunciar la cancelación del pago previsto para noviembre -previsiblemente de 0,1 euros por acción- y que únicamente repartiría beneficios en mayo del año que viene. CaixaBank le tomó el relevo al recortar en más de la mitad -desde 0,15 hasta 0,07 euros brutos por acción- su dividendo y anunciar que ese sería su único pago del año.
No han sido los dos únicos. Bankia se ha sumado a la lista este mismo viernes al anunciar por sorpresa y pocas horas antes de la celebración de su junta general ordinaria de accionistas que este año no procedería al prometido dividendo extraordinario de 1.500 millones de euros -unos 0,5 euros por acción- con el fin de preservar capital.
El objetivo de este maltrecho pago era acelerar la devolución de las ayudas públicas que la entidad recibió en sus horas más bajas, pero ahora queda en entredicho también un reparto similar que se había planeado para 2021.
Dos compañías del sector turístico y otra estrechamente ligada con él, han engrosado esta ingrata lista en los últimos días. Aena, participada en un 51% por el Estado a través de Enaire, ha suspendido su junta de accionistas y ha anunciado que revisará una política de dividendos que preveía el reparto de hasta 7,58 euros por acción este año. Este importe alcanzaba el 80% del beneficio de la gestora aeroportuaria en 2019.
El recorte también ha sido tajante en Amadeus. El colapso de reservas turísticas ha llevado a la compañía a cerrar anticipadamente su programa de recompra de títulos propios y ha retirado su propuesta de repartir 0,742 euros por acción. Por su parte, el fabricante aeronáutico Airbus ha dado marcha atrás en la distribución de 1,8 euros por título.
A la lista, que en los próximos días podría ir en aumento, se suman Inditex, Alantra y Vocento. La última, además de haber cancelado su próximo reparto de dividendo ha suspendido su junta de accionistas hasta nuevo aviso y también ha cerrado antes de tiempo su plan de recompra.
Más allá de bancos y turismo
La firma de inversión Alantra aún no había anunciado su asamblea anual, pero se ha apresurado en avisar de que no publicará sus cuentas anuales hasta junio. Hasta entonces, ha advertido, no revisará su desechada propuesta de distribuir 0,44 euros por título para hacer cuentas de qué le supone el coronavirus.
Por último, la textil de Amancio Ortega ha decido suspender un reparto que se estimaba de 1,13 euros por acción para este año. Aunque el año había comenzado bien para el gigante gallego, el obligado cierre de sus tiendas en medio mundo para frenar el avance de la pandemia amenaza con hacer un descosido en sus previsiones de negocio para este 2020.
A este elenco largo de por sí podrían sumarse la energética Audax Renovables (0,023 euros), la farmacéutica Almirall (0,203 euros), la firma de nutrición Naturhouse (0,05 euros), la papelera Iberpapel (0,15 euros) y la inmobiliaria Renta Corporación (0,064 euros). Todas ellas han dejado en suspenso el orden del día que habían anunciado o adelantado para sus próximas juntas de accionistas, lo que deja la puerta abierta a que estas cantidades se queden en la caja fuerte.
Esta posibilidad puede llegar por varias vías, tal y como explicaron esta semana en un comunicado conjunto el Colegio de Registradores y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En función de si las cotizadas ya han presentado su propuesta de aplicación de resultados y han oficializado la convocatoria de su junta, el proceso es más o menos arduo, pero siempre es posible.
Todavía hay margen de vuelta
La única oportunidad de que el roto no sea tan abultado como ya se empieza a descontar estaría en la rápida aparición de una vacuna frente al coronavirus que acelerase la salida de la epidemia y ayudase a las cotizadas a manejar unos números más amables que los que ahora comienzan a barajar. En este sentido, algunas de las que han dejado en cuarentena sus pagos sin renunciar por completo a ellos podrían retomarlos.
Otras, de momento, han ratificado sus compromisos con el accionista. En este grupo se colocan Naturgy, Telefónica, IAG, Atresmedia, Endesa y BME, cuyo próximo pago tendrá lugar en plena opa de Six Group por su control.