Wall Street consolidó su rebote. El Dow Jones subió un 3,41% y alcanzó los 23.426,43 puntos. El S&P 500 subió un 3,3% hasta los 2.746,63 y el tecnológico Nasdaq volvió a rebasar los 8.000 puntos subiendo un 2,58%.

A este impulso alcista ha contribuido también el expresidente de la Fed, Ben Bernanke, que ha dicho sentirse "bastante satisfecho" con las herramientas que el actual regidor de la institución monetaria, Jerome Powell, ha desplegado hasta la fecha. En una alocución pública dentro de un seminario organizado por Brookings Institution, el inventor de los 'Quantitative Easings' (QE) ha señalado, sin embargo, que el PIB de EEUU podría llegar a caer un 30% en el segundo trimestre del año.

En el plano empresarial, una de las novedades se debe, de hecho a esta lucha contra el coronavirus. La Fed ha anunciado esta tarde que Wells Fargo podrá ampliar su concesión de préstamos a la pequeña empresa, un segmento de negocio en el que por prevención de riesgos tiene limitada su actividad. "Debido a las extraordinarias disrupciones a consecuencia del coronavirus, se modificará temporal y estrechamente la restricción de crecimiento" vigente sobre el banco en este segmento. Sus acciones subieron más de un 5%.

Los inversores también siguen atentos la evolución de las empresas de reparto y logística después de que 'The Wall Street Journal' haya informado de que Amazon está estudiando la suspensión de su propia división de entrega de pedidos. En este sentido, la tecnológica subió un 1,6%.

El petróleo sube con los inventarios

Los inversores también miran hacia Tesla, que ha anunciado una reducción temporal de hasta el 30% para sus trabajadores con el objetivo de ahorrar costes durante el tiempo en el que sus factorías permanezcan cerradas como medida de prevención ante la expansión del coronavirus. Sus acciones suben un 0,6%.

Por el mercado de materias primas, el petróleo remontó con fuerza hasta los 24 dólares por barril Texas, el de referencia en EEUU. El motor de este repunte está en los datos semanales de reservas de crudo y derivados del país, que en ambos casos se han quedado muy por debajo de las previsiones de los economistas, lo que indica un consumo mayor del que se venía descontando por la situación de confinamiento vigente en muchos territorios estadounidenses.