Fumata blanca entre los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia para recortar la producción de crudo. En total serán diez millones de barriles al día los que se retirarán del mercado, lo que equivale a cerca del 10% de los niveles pre crisis.
Tal y como se venía especulando durante la tarde, Arabia Saudí y Rusia acordaron recortar entorno a seis millones de barriles entre los dos. El resto de los miembros asumirán los cuatro millones restantes.
El acuerdo llega tras semanas de negociaciones entre los miembros de la llamada OPEP+, y después de que Arabia Saudí decidiera tirar los precios y aumentar la oferta para presionar todavía más a Rusia a que aceptara disminuir la producción de crudo.
Frenar la caída
De lo que se trata es de sostener la caída de la demanda provocada por el coronavirus, lo que está provocando que los precios se hundan y, por si fuera poco, que los excedentes de crudo empiecen a acumularse.
También ha presionado Estados Unidos. Durante días Donald Trump ha lanzado mensajes a Rusia y Arabia de lanzar una guerra de precios para hundir el crudo y, de paso, acabar con la industria del esquisto (que es muy fuerte en al otro lado del Atlántico), poniendo en riesgo el sector.
Ahora los miembros de la OPEP+ tratan de convencer a otros países productores como la propia Estados Unidos y Canadá para que también recorten su producción. Tal y como informa el Financial Times el objetivo es que retiren del mercado otros cinco millones de barriles diarios.
Todo con un objetivo: detener la caída de precios que padece el crudo. De hecho, pese a que el acuerdo está encima de la mesa el Brent se deja un 2,3% y el Texas retrocede más de un 5%.
¿El motivo? Tal y como refleja el Financial Times existen dudas en el mercado de que este recorte vaya a ser suficiente, teniendo en cuenta que la demanda ha caído en más de un tercio fruto de las restricciones de viaje que hay en todo el mundo.