Wall Street retoma la senda de las pérdidas entre nuevas y más evidentes pruebas del impacto de la epidemia de coronavirus sobre la economía estadounidense. Los datos macro que han visto la luz este miércoles son mucho más débiles de lo esperado y los balances trimestrales de las grandes compañías que han publicado cuentas también reflejan que las peores previsiones podrían haberse quedado cortas.
Tanto el índice de producción industrial, como el recuento de ventas minoristas, como el índice manufacturero de la Fed de Nueva York de marzo han arrojado cifras más raquíticas de las que ya se esperaban. Un cóctel envenenado que no ha dejado margen a la duda entre los inversores, decididos a las ventas una jornada más tras el rebote de ayer martes.
El recorte alcanza el 1,85% en el Dow Jones que se establece en el entorno de los 23.506 puntos. El retroceso para el S&P 500 es del 2,06% por debajo de la marca de los 2.800 puntos. El Nasdaq modera el retroceso al 1,44%, con su gráfica ligeramente por encima de los 8.390 puntos.
La clausura de fábricas en algunas zonas de EEUU se traduce en una caída del 5,4% de la producción industrial del tercer mes del año. Mucho más allá del 4% de contracción que esperaba el consenso de economistas. Mientras tanto, el índice Empire State adelantado para abril ha caído hasta su registro mínimo histórico en -78,2 puntos. También se queda sin parangón la contracción del 8,7% en las ventas minoristas, que ya suman dos meses consecutivos a la baja.
Una insólita batería de referencias en negativo que ha impactado de lleno en el mercado estadounidense. Pero es que, además, la Agencia Internacional de Energía ha anunciado que la demanda de petróleo caerá este 2020 como nunca antes en la historia, lo que, sin embargo, no provoca fuertes cambios en la cotización del barril Texas, que aguanta los 20 dólares.
Aluvión de provisiones en la banca
El sector financiero sigue en el foco de la temporada de resultados del primer trimestre. Una vez más, las cifras publicadas están marcadas por abultadísimas provisiones para hacer frente a cualquier riesgo de impago derivado de la crisis del coronavirus. Con esta medida, que excede todas las proyecciones, los bancos quieren prevenir cualquiera de las vías de peligro abiertas en crisis pasadas.
Bank of America cede un 6,25 % tras informar de que registró un beneficio neto atribuible de 3.541 millones de dólares, lo que supone un descenso del 48,4% en comparación con el año pasado. Las provisiones por riesgos crediticios suman 4.761 millones en esta entidad, un 370% más que al cierre de marzo de 2019.
En Goldman Sachs, con una subida de medio punto en Wall Street, el incremento de esta partida fue del 318% según las cifras publicadas este miércoles. Al cierre del primer trimestre, la entidad marca un beneficio neto de 1.123 millones de dólares, un 48,5% menos que el año precedente.
La caída de beneficio por motivos similares es del 46% en Citigroup, hasta los 2.520 millones de dólares. Sin embargo, en este caso el ajuste de costes llevado a cabo por la entidad se traduce en unas ganancias por acción más generosas de lo que descontaba el mercado: 1,87 dólares por título frente a los 1,07 dólares previstos. Su cotización merma un 5%.
Respiradores para pacientes
Más allá del sector financiero, General Motors ha anunciado la entrega de los primeros respiradores para pacientes con coronavirus fabricados en sus instalaciones. Estos mecanismos han sido diseñados en colaboración con Ventec y bajo la supervisión del Departamento de Salud del Gobierno estadounidense, que este mismo miércoles ha decidido retirar temporalmente su aportación a la Organización Mundial de la Salud (OMS) por su gestión de esta crisis sanitaria. Sus acciones caen más de un 4%.