Difíciles de encontrar y con un precio cada vez más elevado, las mascarillas de protección se han convertido en el nuevo santo grial de la España del coronavirus. Escasean y el Gobierno argumenta que el mercado, sobre todo el chino, se ha convertido en una jungla para encontrar suministradores de este producto debido a la elevada demanda internacional. Sin embargo, importadores que llevan años trabajando en el país asiático tienen otra versión de las cosas.
“El problema no es el abastecimiento del producto, sino su transporte”, apunta Rubén Barriga, gerente de Esforem, una empresa de importación que en lo que va de año ya ha traído a España 200.000 mascarillas. 50 veces más que en todo 2019.
Esforem, fundada en 2012, se dedica a la importación de productos sanitarios y de electromedicina, que hasta hace poco era el núcleo de su negocio. En los últimos meses su producto más reclamado es la mascarilla ‘made in china’.
China trabaja bien
Por teléfono, Barriga explica a Invertia que “no hay problema de abastecimiento en China. Si tú trabajas con dos o tres proveedores locales de allí, no hay complicaciones. Además, son muy eficientes y trabajan muy bien. Llevamos ya tiempo trabajando en el mercado chino y nunca hemos tenido ningún problema”, explica.
El quid de la cuestión está en lograr trasladar el producto a España. “Antes no tenía ningún tipo de problema en hacerlo, y estaba aquí en 48 ó 72 horas”. Sin embargo, esto ha cambiado. Un mismo pedido puede tener que dividirse en diferentes cargamentos y vuelos debido a la dificultad para lograr espacio en los aviones.
“Yo, si tuviera un avión disponible para mí, como lo pueden tener el Gobierno o las comunidades autónomas, me hubiera traído un millón de mascarillas en una semana sin ningún tipo de problema”. Es decir, ¿que tiene la capacidad de conseguir un millón de mascarillas en China ahora mismo y sobre la marcha? “Sí, sí”, responde Barriga sin dudar.
En este sentido, el responsable de Esforem hace hincapié en el precio del transporte. No solo es más complicado lograr meter un cargamento en el avión, sino que además el coste de su traslado se ha multiplicado.
Las cifras son ilustrativas. “El metro cúbico aéreo en el mes de diciembre estaba en los nueve euros y a día de hoy está a más de 155 euros”. Es decir, que el coste de lograr espacio en un avión para traer suministros sanitarios desde China se ha multiplicado por 17.
Este incremento geométrico se ha trasladado también a los precios de las mascarillas, que se han disparado por la demanda. Las FFP2, que se encuentran entre las que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), se podían importar en noviembre por 0,10 dólares la unidad y las FFP3 (que son las que mayor eficacia de filtrado tienen y prácticamente inexistentes en los mercados internacionales) por 0,16 dólares. Sin embargo, ahora el precio de las FFP2 ha subido a 1,08 dólares, y esto si se encuentran baratas.
De ahí que Barriga desconfíe de la posibilidad que ha puesto sobre la mesa el Ejecutivo de controlar el coste de las mascarillas y otros productos sanitarios para poner un precio único y máximo.
“Si mañana el Gobierno dice que la mascarilla tiene que costar un euro, nadie va a tener una mascarilla”, afirma, puesto que asegura que él y el resto de los importadores se van a negar a traerlas. “No puede ser que encima tengamos que poner dinero de nuestro bolsillo”. ”Si yo estoy comprando en China una mascarilla por 1,08 dolares y sumamos gastos de transporte, de aduana y de distribución en España, el precio de venta al público (PVP) de cada artículo tiene que ser, como mínimo, de 1,8 euros”, y eso sin incluir los costes propios que para su compañía conlleva este proceso.
Precios inflados
En términos generales, Barriga indica que las mascarillas que trae las está vendiendo por unos tres euros de media, y asegura que no son los importadores los que están hinchando los precios que están pagando los ciudadanos de a pie. Afirma conocer casos de establecimientos que están vendiendo mascarillas a 27 euros o geles hidroalcohólicos de 200 ml a 15 euros, cuando los están adquiriendo por tres euros. “¿Quién está inflando los precios entonces, el proveedor o ellos?”.
Esforem trabaja con entidades clínicas, clínicas dentales, farmacias, hipermercados y empresas de limpieza, entre otras. También suministra a las Administraciones Públicas, concretamente a hospitales y centros sanitarios de Navarra, Cataluña, Castilla-La Mancha o Castilla y León.
En este sentido, Barriga considera que la estrategia de compras de las comunidades autónomas ha sido más acertada que la del Gobierno. “Ellas ya tienen una central de compras y unas personas que se encargan de ello y que tienen conocimiento del mercado”.
En cambio, parece claro que el Gobierno, a través del Ministerio de Sanidad, no está siendo capaz de cubrir las necesidades de mascarillas (ni de otros productos sanitarios) de la sanidad pública. ¿Qué ha fallado? “No saben comprar, simplemente. La transferencia a las comunidades autónomas lleva 20 años hecha, y no tienen departamento de compras o gente especializada en ello”.
Esta inexperiencia quedó contrastada tras el decreto del estado de alarma. “La semana del 16 al 22 de marzo fue una locura total. Se quedaba todo paralizado en las aduanas y no despachaban absolutamente nada. Durante una semana hubo falta de suministro por culpa del Gobierno central”, afirma.
De hecho, considera que uno de los ‘pecados’ del Ejecutivo ha sido no ponerse en contacto con las empresas habituales en el mercado chino o haber generado una bolsa de empresas que permitieran “disponer de productos y contactos con los fabricantes de China para poder proveer de material, también de respiradores”.
Por lo pronto, el negocio no marcha mal. Barriga estima que los beneficios de su empresa, que da trabajo a cinco personas y cuenta con una oficina y una nave para almacenar suministros, crecerán un 20% en 2020. Y es que calcula que de aquí a final de año su empresa traerá a España no menos de un millón de mascarillas.