El segundo plazo ha terminado. Un 8,7% de los accionistas ‘díscolos’ de Mediaset España que habían mostrado su oposición a la fusión con la matriz italiana del grupo han pedido recuperar el control de sus acciones. En números redondos, se trata de los titulares de únicamente 3,05 millones de títulos del grupo de televisión.
Mediaset España ha anunciado la cifra a través de una información relevante remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Como habían anticipado los analistas consultados por Invertia, la cifra ha sido raquítica y muy cercana a la del periodo anterior, cuando solo un 9,7% del total que había solicitado su derecho de separación de la compañía se acogieron a esta maniobra de marcha atrás.
Con el cierre de este segundo periodo, 32,18 millones de títulos siguen congelados, según ha informado la compañía. Son los correspondientes a las carteras de los inversores que habían manifestado su desacuerdo con la fusión para la futura creación de MFE y a los que Mediaset ha prometido una recompra a razón de 6,5444 euros por título.
'Se vende' a la vista
Los analistas que más de cerca siguen la evolución de Mediaset consideran que más pronto que tarde los titulares de estos 3,05 millones de acciones colgarán el cartel de ‘se vende’. Consideran que los que se han acogido a esta opción lo habrán hecho más por necesidades de liquidez después del reciente descalabro de los mercados que por oportunidad. Aquí conviene subrayar que actualmente el grupo de televisión cotiza a precios muy inferiores a los del momento de su congelación inicial.
Desde el grupo de televisión se calculaba que el nacimiento de la nueva MFE estuviese listo antes de que acabase 2019. Al comienzo del segundo trimestre de 2020 todavía no está claro si la operación será posible. Y eso a pesar de que Mediaset ha renunciado a varias de sus pretensiones para establecer un sistema de derechos políticos que favoreciera a los Berlusconi frente al grupo francés Vivendi.
Esta dilación fue, precisamente, la que llevó al grupo mediático a anunciar este segundo plazo de desistimiento como ventana de liquidez para sus inversores. No obstante, desde la compañía se insiste en la validez del proyecto de integración de sus dos ramas en una nueva matriz cuando las circunstancias jurídicas pendientes de resolución se zanjen.