La extrema volatilidad de los mercados y la ausencia de rendimiento en activos más conservadores ha empujado a muchos europeos a lanzarse a la inversión en bolsa y otros mercados. Unos ‘novatos’ los que la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) ha querido “llamar la atención” sobre los riesgos a los que se enfrentan con su decisión. Más aún ante el actual panorama.
El supervisor de los mercados europeos no solo llama la atención de estos inversores primerizos o con poca experiencia. La ESMA también recuerda a las empresas de servicios de inversión que sigue vigilando muy de cerca el cumplimiento de todas las obligaciones de transparencia y adecuación de productos establecidas por MiFID II y las demás normativas vigentes.
La llamada de atención explica que “en estos momentos en los que el mercado sufre una mayor volatilidad, los deberes de las empresas que prestan servicios de inversión principales o auxiliares con respecto a sus clientes son incluso mayores, especialmente cuando los clientes se inician en la actividad de invertir o tienen un conocimiento o experiencia limitados en esta materia”.
Esta advertencia, de la que se han hecho eco los supervisores nacionales como la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), se produce después de que varios de estos organismos hayan observado “un aumento significativo en el número de cuentas de inversión abiertas por clientes minoristas”. Todo ello en un contexto en el que la epidemia del coronavirus “y las medidas adoptadas por los países para prevenir su extensión están teniendo un enorme impacto en la economía y los mercados financieros de todo el mundo”.
El comunicado emitido por ESMA apunta concretamente a “una alta volatilidad en el mercado y a un aumento de los riesgos de mercado, de crédito y de liquidez”. Un cóctel falta que a su entender resulta en unas “circunstancias de mercado altamente inciertas y sin precedentes”.
Por ello, recuerda a las firmas de inversión su obligación de “actuar de manera honesta, justa y profesional en el mejor interés de sus clientes al prestar servicios de inversión o servicios auxiliares, así como la de cumplir con las correspondientes normas de conducta”.
Desde el supervisor europeo se insiste en que esta pulcritud en el asesoramiento y comercialización de productos de inversión debe extremarse en el caso de “los instrumentos financieros más complejos”. En este sentido, la institución remarca en varias ocasiones la atención que ante la actual situación del mercado debe prestarse al cumplimiento de los requisitos de idoneidad y conveniencia.