A lo largo de toda su historia, EEUU casi siempre se veía involucrada en conflictos bélicos. Se estima que desde 1774 la primera economía del mundo estuvo en guerra el 91% del tiempo. Al principio, muchas de ellas tuvieron lugar en suelo estadounidense, pero con el paso de tiempo se desplazaron al extranjero.
De acuerdo con los datos del Council on Foreign Relations, una organización estadounidense sin ánimo de lucro especializada en la política exterior y en los asuntos internacionales de EEUU, actualmente, hay como mínimo 26 conflictos a nivel mundial. Cinco de ellos -la guerra en Afganistán, disputas territoriales en el Mar del Sur de China, la crisis de Corea del Norte y el enfrentamiento entre EEUU e Irán-, presentan impacto crítico en los intereses estadounidenses.
En los últimos años, los presidentes estadounidenses recordaron que tienen a su alcance una serie de armas mucho más mortíferas que las bazucas, los M16 o los AK-47, las sanciones y aranceles. A mediados del 2019, EEUU tenía 7,967 sanciones vigentes. Incluían tantos a las personas físicas, como, por ejemplo, el narcotraficante mexicano Joaquín 'El Chapo' Guzmán; empresas, como Cubacancun Cigars y Gift Shops; e incluso a gobiernos enteros, como Irán, Rusia o Venezuela.
Para comprobar el impacto de las sanciones, utilizaremos como ejemplo a Irán. Tal y como indica el gráfico a continuación, la economía del país de Oriente Medio se vio gravemente afectada durante varios años por las sanciones impuestas por la comunidad internacional sobre el programa nuclear del país.
En 2015, el presidente Hasán Rohaní acordó a limitar las actividades nucleares iraníes a cambio del levantamiento de esas sanciones. Un año después, la economía de Irán se recuperó y el PIB creció 12,3%, según el Banco Central de Irán.
El restablecimiento de las sanciones de EEUU en 2018 provocó la retirada de la inversión extranjera. Tanto empresas estadounidenses como de otros países se vieron prohibidas a hacer cualquier tipo de negocio, incluido el comercio, con Irán, bajo penas de sanciones graves.
Sin embargo, no todos aprendieron la lección. Tras haber conseguido persuadir a Francia de no aplicar un impuesto digital que perjudicaría a sus empresas tecnológicas, EEUU se enfrenta a un problema similar desde Austria, Brasil, República Checa, la Unión Europea, India, Indonesia, Italia, España, Turquía y Reino Unido.
La administración Trump ya anunció que la aprobación de la llamada 'tasa Google', obligará a imponer aranceles a las exportaciones de estos países. Lo puede hacer bajo la sección 301, si se concluye que el país extranjero está violando los acuerdos comerciales o se involucra en otras prácticas comerciales desleales. Hace falta mencionar que EEUU usó la misma vía para imponer aranceles sobre unos 360.000 millones de dólares en bienes de la segunda economía más grande del mundo, China.
Sin duda alguna, si estos países deciden finalmente aprobar el impuesto digital, veremos importantes contramedidas. La pregunta es si vale la pena.
***Igor Kuchma es analista de Trading View.