España es cada vez menos un país para sicavs. Los vehículos de inversión tradicionalmente asociados a las grandes fortunas se desangran sin remedio: menos número, menos inversores y menos capital. Desde que Pedro Sánchez asumió la presidencia del Gobierno, el éxodo alcanza la cifra de nada menos que de 2,8 millones de euros al día.
A punto de cumplirse dos años desde que Sánchez consiguió acceder a La Moncloa, las cifras de la fuga en estos vehículos de inversión no tienen parangón. Desde que el socialista asumió el cargo de presidente hasta el cierre del pasado mayo, las sicavs españolas han sufrido reembolsos netos por 2.040 millones de euros, según cifras recopiladas por la consultora VDOS a las que ha tenido acceso Invertia.
A lo largo de este tiempo, solo se ha registrado la entrada de dinero en las sicavs en un único mes: septiembre de 2018. A pesar de la hazaña, aquel mes únicamente supuso suscripciones netas por 4,3 millones de euros, una cifra bastante raquítica si se considera que solo un mes después, en septiembre de 2018, los reembolsos sumaron la mucho más abultada cifra de 85,5 millones de euros.
El pacto de la estampida
En el periodo comprendido en lo que Sánchez lleva al frente del Gobierno español, el peor mes para las sicavs tuvo lugar en noviembre de 2018, justo después del primer acercamiento entre el presidente y Pablo Iglesias. Entonces huyeron de estos vehículos de inversión nada menos que 199,5 millones de euros. Sin embargo, el mucho más reciente marzo de este año se quedó muy cerca de igualar el récord de estampida, pues se contabilizaron reembolsos por 183,3 millones.
Aquí se juntaron varios factores para acelerar la huida. Al marcaje casi constante de los partidos integrantes del Gobierno nacional, se sumó el pánico vendedor por la caída en picado de los mercados a consecuencia de la irrupción del coronavirus fuera de China. Una crisis sanitaria que se ha terminado revelando como el arranque de una profunda crisis económica cuya magnitud es aún imposible de calcular.
A consecuencia de este último factor, se sumó un tercero: la necesidad de algunos inversores de deshacer posiciones para conseguir liquidez. Bien por necesidad financiera o para aportar garantías con el objetivo de mantener algunas otras inversiones de las que, por los motivos que fuera, no quisieron desprenderse en lo peor de la tormenta.
No obstante todo lo anterior, las cifras de retirada a las que se hace mención son precisamente eso, dinero saliendo de las sicavs españolas. No se considera la pérdida de valor patrimonial vinculada a la evolución de las inversiones de estas sociedades. En este sentido, desde que Sánchez tomó el relevo de Mariano Rajoy, el patrimonio de las sicavs españolas arroja pérdidas de 4.275,3 millones de euros, siempre según los datos recogidos por VDOS.
El dinero no vuelve
Más allá de la presión añadida que ha supuesto el rumbo errático de los mercados en los últimos meses, la recuperación más reciente de los mismos no se ha traducido en el regreso de dinero a las sicavs. En mayo, cuando el Ibex cerró su mejor mes desde septiembre del año pasado, pusieron pies en polvorosa 127,5 millones de euros más de estos vehículos de inversión. Acelerón en vez de camino de vuelta.
En lo que va de 2020, las retiradas de capital de las sicavs suman 403,98 millones de euros. Este montante se traduce en más de 80,8 millones de euros huidos al mes. El menos sufrido para estas sociedades de inversión en este periodo fue el de febrero, pese a que hubo reembolsos netos por 15,2 millones de euros.
Los fantasmas vuelven con la negociación
Todos estos números se suman a otros que en las últimas semanas ha ido publicando este portal. En el tiempo que va desde que Sánchez se asentó en La Moncloa, las sicavs han perdido la sonora cifra de 19.600 ‘mariachis’, apelativo por el que se conoce coloquialmente a los accionistas minoritarios de estas sociedades de inversión.
Solo a lo largo del año pasado, después de haber visto la luz el acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos para salvar unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) que al final carecieron de apoyos para su aplicación, las sicavs españolas perdieron 15.670 accionistas, según datos recientemente publicados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Ahora, el tema de la negociación de unos PGE para este 2020 vuelve a avivar los miedos de muchos partícipes de estos vehículos.
Algunas voces del sector recuerdan que, igual que un partido minoritario logró arrancar al Gobierno hace solo unas semanas la promesa de derogar la reforma laboral, “no sería raro que algunos partidos exigiesen ahora la revisión de la fiscalidad de las sicavs que lleva tiempo en el aire”. En este sentido, esta maniobra formaba parte del programa electoral de Unidas Podemos y estaba recogido en aquel acuerdo presupuestario de finales de 2018.
Aunque en el pacto del año pasado que sentó las bases para el Gobierno de coalición actual rebajaba la presión, este constante marcaje no ha dejado de ejercer presión sobre el sector. En este caso, el documento apuntaba hacia un mayor control de las circunstancias que hacen que las sicavs sean merecedoras de un régimen fiscal suavizado. Algo para lo que se ha planteado el traspaso de sus tareas de supervisión desde la CNMV a la Agencia Tributaria.
Reconversiones y mudanzas
Este movimiento, que en su momento fue calificado desde el sector como una puerta abierta a una “caza de brujas”, tiene por objetivo vigilar la presencia de ‘inversores de paja’ entre los accionistas de estos vehículos, los mencionados ‘mariachis’. Y es que suelen tener unas participaciones ínfimas de capital con el único fin de alcanzar la centena que exige la ley para su registro mientras que el control accionarial y de gobierno recae en un propietario de referencia que suele vincularse a una de esas ‘grandes fortunas’, cuya tributación el Gobierno sigue estudiando elevar.
La constante reaparición de este tema en las discusiones de los miembros del Gobierno, especialmente en el discurso de los representantes de Unidas Podemos, ha provocado que en los últimos tres meses el ritmo de cierre de sicavs se haya quintuplicado. En este sentido, los inversores están optando por la reconversión de sus vehículos de inversión en otras estructuras como fondos o bien por el traslado de domicilio hacia países donde su fiscalidad no parece amenazada, como es el caso de Luxemburgo.