El roboadvisor InbestMe amplía su catálogo de productos de inversión sostenible a través de una nueva gama de carteras de fondos indexados socialmente responsables (ISR). El bajo coste de los productos con los que se conforman estas apuestas permite que el umbral de entrada se reduzca hasta los 1.000 euros.
Además de ser una estrategia de inversión cada vez más demandada por el mercado, desde InbestMe defienden que "la rentabilidad de este tipo de inversión se ha mostrado muy eficiente durante los últimos años permitiendo invertir éticamente sin renunciar a un rendimiento óptimo". Una tesis que defienden los más fervientes seguidores de esta tendencia.
Con estas nuevas opciones, el roboadvisor participado por GVC Gaesco alcanza un catálogo de más de 100 carteras que se componen de fondos cotizados (ETF), indexados y planes de pensiones, en los que se incluyen también varios productos temáticos.
Hasta la fecha la oferta de sostenibilidad de InbestMe pasaba por carteras de ETF especializados en inversión socialmente responsable (ISR), donde la inversión mínima ascendía a 15.000 euros. Estas carteras, que seguirán disponibles por ser un producto distinto, vieron la luz en 2018.
Las nuevas carteras se componen mediante la combinación de hasta 10 fondos para obtener una máxima diversificación y descorrelación del comportamiento de los índices tradicionales. Los fondos indexados se ha seleccionado de los catálogos de reconocidas gestoras en este ámbito como Vanguard, iShares -del grupo BlackRock- y Amundi. Siempre con una "muy elevada" exposición a criterios socialmente responsables, del 63% en prometido.
Una apuesta creciente
El consejero delegado de la firma, Jordi Mercader, explica que "impulsar y hacer accesible la inversión socialmente responsable es una de nuestras prioridades". En este sentido, subraya que "nuestro compromiso es seguir trabajando para que estas carteras sean lo más sostenibles posible a medida que se vaya ampliando la oferta de fondos indexados ISR"
En este mismo tono, la firma explica que, "durante la crisis derivada del Covid-19, este modelo de inversión ha demostrado ser algo más resiliente, con una rentabilidad en el último año hasta junio de 1,9% para un perfil medio", lo que supone cuatro puntos porcentuales por encima de las carteras sin este sesgo de sostenibilidad.