Malos tiempos los que le están tocando vivir a Javier Monzón en la empresa que preside y para la que no es capaz de conseguir que los inversores confíen en ella. Pero es que a la vista de la evolución de sus acciones en bolsa todo indica que están tomando la decisión correcta.
El grupo Prisa es, sin lugar a dudas, un referente en el mundo de la prensa y radio en el mundo de habla hispana, pero parece que se ha quedado anclado en el siglo pasado y está teniendo muchos problemas para dar el saldo al mundo online. De hecho, inclusive aparecen datos de audiencias en su página Web del año 2018 en un intento de esconder el continuo deterioro que están sufriendo tanto sus ventas como sus visitantes online.
Y para muestra de ello, sirve el último informe de Comscore en el que EL ESPAÑOL supera sobradamente a una de sus principales cabeceras como es El País en visitantes únicos. Pero en realidad nada que la cotización de sus acciones no estén ya contando desde hace muchos años tal y como podemos apreciar en el siguiente gráfico.
Con el último contrasplit (1x30) en la primavera del año 2015 y el último dividendo pagado en el 2008, la historia de Prisa en bolsa es la historia de un fracaso. Una bonita historia inicial pero que a fecha de hoy necesita de ampliaciones de capital recurrentes en el tiempo para poder continuar con su actividad puesto que las pérdidas operativas y deudas a sus espaldas le impiden un funcionamiento desahogado y, por tanto, arrojar beneficios.
Ahora habrá que estar atentos a sus resultados del segundo trimestre del año, pero mucho temo que las cosas no van a cambiar mucho. Es por ello, que no espero ningún tipo de cambio en la tendencia y por lo tanto no me planteo la entrada en este valor.
En estos momentos hay 20 empresas en el Mercado Continuo español por debajo del medio euro y esa cifra se incrementa hasta 27 cotizadas si se cuentan la que están por debajo de la unidad de euro. Y todas pecan de lo mismo, aunque podemos encontrarnos algunas excepciones muy interesantes.
Pero, generalmente, todas son empresas muy endeudadas y con actividades de declive. Ahí le acompañan en ese grupo las acciones de Vocento o, por otros motivos bien distintos, bancos como Liberbank o Unicaja.
Sin embargo, también podemos encontrarnos alguna empresa con buena salud financiera como la recientemente saneada Deoleo o empresas que sí que gozan de la confianza de los inversores por otros motivos como pueden ser las acciones de Reno de Medici o Berkeley Energía.