La crisis del coronavirus ha golpeado fuerte en los mercados financieros. Y lo sigue haciendo. Sin embargo, los inversores españoles parecen haber quedado inmunizados al mazazo de la Covid-19. Aunque el panorama financiero es mucho más incierto que hace un año, ahora son más optimistas y más arriesgados que entonces.
Los inversores españoles no niegan la evidencia de esta crisis, pues un 43% considera que los efectos de la pandemia pesarán sobre la economía entre uno y cuatro años. Sin embargo, parecen estar convencidos de que la remontada iniciada por los mercados no ha hecho más que despegar. Y es que esperan poder cerrar el año con rentabilidades anualizadas de doble dígito para sus carteras.
Así lo lo deja en evidencia el Estudio Global de Inversión de Schroders 2020, que muestra que los inversores españoles aguardan un rendimiento medio del 10,03% para su inversión en los próximos cinco años.
Vecinos más cautos
Hace un año, cuando solo algunos agoreros hablaban de recesión, sus expectativas se quedaban en un 9,2%. Solo dos décimas por encima de esta marca se sitúa la media europea para este año, con lo que el optimismo parece mucho más abundante a esta ladera de los Pirineos.
Esta mayor expectativa de rentabilidad podría justificarse por el mayor riesgo que, pese a la incertidumbre reinante, un abultado 29% de los españoles que han alterado su perfil de riesgo ha querido agregar a sus carteras. En un movimiento con pocos equivalentes en la región, los inversores locales han incrementado sus posiciones en activos de mayor riesgo, que se asocian a posibilidades de un mayor retorno. Y eso que, de media, estiman que el golpe del coronavirus durará más de un año y medio.
Incluso un 2% de los inversores españoles considera que el efecto de la pandemia se prolongará por espacio de siete años. Estos inversores más temerosos formarán seguramente parte del 44% de españoles que, según el estudio, ha modificado hacia posturas más defensivas su perfil de riesgo a lo largo de este año del coronavirus.
En contra de estas dos tendencias, un 32% de los que invierten desde España ha mantenido su perfil de riesgo incluso en los momentos de mayor pánico inversor. Este objetivo de mantener la calma y la cartera es el gran reto del arranque de un curso plagado de rebrotes para la mayoría de los inversores, según han señalado a Invertia varios gestores y asesores de patrimonio. En este sentido, recordar los objetivos de inversión fijados en cada caso podrían ser de gran ayuda.
Más cortoplacistas
Sin embargo, el mismo estudio señalaba en su edición previa que el plazo medio de inversión de los españoles se limitaba a solo 1,9 años. Un número muy por debajo de los cinco que suelen figurar como periodo recomendado en los folletos de la mayoría de fondos e incluso inferior a la media mundial y europea que alcanzaba una marca en una permanencia de 2,6 años. A medio camino de lo que los profesionales aconsejan como mínimo.
Por lo que se refiere a la templanza en la inversión, hay un dato más que revela cómo han afrontado los españoles los peores compases de la crisis. Aunque un 76% de los inversores reconoce haber hecho cambios en su cartera entre febrero y marzo de este año -meses en los que se produjo el pico de pánico inversor a escala global-, un 65% asegura sufrir un nivel bajo o nulo de preocupación ante los episodios de caídas.
Cazadores de gangas
La media de los vecinos europeos eleva este último porcentaje al 71%, mientras que el de los que hicieron cambios en cartera iguala el 76% de España. Esta dicotomía podría explicarse precisamente por la opción de un nutrido grupo de inversores españoles por hacer cambios en su cartera con el objetivo de salir a la caza de gangas, lo que encaja con el incremento de posiciones de riesgo en algunos casos y cuadra con la mayoritaria despreocupación ante el rojo de la pantallas de cotización.
El mayor interés por el mundo de la inversión que se ha desatado entre la población española en mitad de esta pandemia también se deja notar en el estudio de Schroders. La gestora británica señala que un 53% de los encuestados piensa frecuentemente en sus inversiones, cuando el año pasado tan solo un 37% se identificaba con esta definición.
Jubilados y bancos
Por si fuera poco, aquellos que dicen acordarse de su cartera únicamente al recibir informes de sus asesores, gestores o proveedores de herramientas de inversión ha descendido sensiblemente del 20% de hace un año al 16% actual.
Con independencia del contexto económico de fondo, la primera prioridad de los españoles para invertir sigue siendo la jubilación. Así lo señalaron un 27% de los encuestados. Después, aunque cada vez más cerca, la participación en los mercados de renta variable, fija y de materias primas (24%). Sin embargo, para un 16% de los españoles que invierten, la primera prioridad es tener el dinero en una cuenta de ahorros, según el estudio.
Aunque las posiciones se repiten a nivel global, el elevado porcentaje que apunta hacia la cuenta de ahorros explica los sucesivos récords históricos que viene marcando la cifra de dinero en depósitos bancarios. Los últimos datos del Banco de España muestran que los hogares del país tienen en este producto de nula rentabilidad la insólita cifra de 892.811 millones de euros.
Esto último concuerda también con el hecho que de que el banco de toda la vida siga siendo el punto de referencia para invertir en más de la mitad de los casos. Concretamente, en un 52%, lo que supone seis puntos porcentuales más que lo que marca la media mundial que arroja el estudio. Solo un 36% frente a una media global del 42% acude a un asesor profesional para lanzarse al mercado.