Wall Street se quedaba a medio camino en el intento de rebote al término de una semana en la que las ventas han tenido la voz cantante. La ausencia de datos mactroeconómicos negativos y los descensos precedentes no impedían que las ventas se impusieran una jornada más en el Nasdaq, que firma su peor semana desde marzo.
El alto en el camino alcista de los grandes índices de Wall Street se convertía más bien un frenazo. Desde mediados de marzo, cuando la epidemia de la Covid-19 traspasó las fronteras de China, los indicadores neoyorquinos no habían sufrido una penalización tan abultada en el balance semanal. Algunas señales de debilidad económica y la acumulación de máximos con sobrecompra han provocado semejante resultado.
La remontada de la inflación ayudaba al rebote antes del fin de semana en el Dow Jones, un 0,48% al alza hasta los 27.665 puntos por haber perdido un 1,7% en la semana. Un 0,05% ganaba el S&P 500, en los 3.341 puntos pese a ceder un 2,5% desde el lunes. El Nasdaq sufría un recorte adicional del 0,6% hasta acumular pérdidas del 4,1% y retroceder hasta los 10.853 enteros.
En el ámbito macro, la referencia clave de la sesión era la inflación de agosto. El índice de precios al consumo (IPC) de la mayor economía del mundo subió un 0,4% en el octavo mes del año, una décima por encima de lo que vaticinaban los economistas. Un buen indicador de que el consumo no se ha parado allí como sí en algunas regiones de Europa.
A pesar de que se batían las previsiones, el quedarse por debajo del 0,6% de los dos últimos meses precedentes, dejaba tranquilos a los que vaticinaban un fuerte ascenso tras la nueva política de la Reserva Federal (Fed) en esta materia. El organismo presidido por Jerome Powell ha dado un vuelco a sus política para introducir el concepto de "inflación promedio", que se traduce en permitir que la cesta de la compra se encarezca puntualmente por encima del 2%.
Tesla y Nikola
Tesla volvía a situarse en el candelero, ya que ha adelantado que está estudiando la posibilidad de que los vehículos producidos en su planta china de Shanghái puedan exportarse a Europa y otros mercados asiáticos. Desde el entorno de la automovilística, que recuperaba un 0,4%, se apunta que los Model 3 para exportar podrían comenzar a producirse ya en el cuarto trimestre del año con el objetivo de ahorrar costes de entrega desde EEUU.
Más hondas eran las caídas de Nikola, una de las rivales de la compañía fundada por Elon Musk. La fabricante de vehículos eléctricos se dejaba un 14,5% en Wall Street después de que el fondo Hindenburg Research haya acusado a la empresa de un "fraude", tras lo cual ha abierto posiciones cortas.
Boeing levanta el vuelo
La fabricante de bebidas Keurig Dr Pepper remontaba un 1% a pesar de conocerse que el gigante de la alimentación Mondelez (+0,8%) ha vendido algo más de 12,5 millones de acciones de la primera por un precio medio de 29 dólares por título. La venta se ha saldado por un montante total de 363 millones de dólares.
El rebote alcanzaba el 1,6% para Boeing una vez que la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA, por sus siglas en inglés) ha completado los vuelos de prueba del Boeing 737 MAX, que fueron realizados en Canadá debido a las restricciones por el coronavirus, y tras lo que procederá a analizar los datos para evaluar el retorno del modelo al servicio.
Cuentas y vuelta a la oficina
Las cuentas de Oracle y sus previsiones para el conjunto del año tienen premio. La tecnológica subía un 0,3% después de haber batido con holgura las estimaciones más optimistas. Peloton Interactive, que subía más de un 7% en la apertura, cerraba con caídas del 4,2% tras haber anunciado beneficios trimestrales por primera vez en su trayectoria como cotizada. Un peso más para la creciente sangría del Nasdaq.
En el capítulo del regreso a la oficina, este viernes se ha conocido un informe interno de JP Morgan Chase en el que se establecen protocolos para la vuelta a sus puestos físicos de trabajo de sus empleados de mostradores de 'trading' en todo EEUU. Sus acciones remontaban un 1,2% al cierre.