Wall Street fracasó en su intento de rebote después de las pérdidas que el martes rompieron una racha de cuatro sesiones consecutivas al alza. El buen tono de los precios industriales y la irrupción de los cazadores de gangas no fueron suficientes este miércoles ya que se impuso el fiasco que vuelven a suponer las cifras trimestrales de sus grandes bancos.
No es de extrañar si se tienen en cuenta otros factores como el hecho de que el número de hospitalizados por coronavirus toca ahora mismo máximos desde agosto en EEUU. Así lo ha publicado hoy The Wall Street Journal, que empieza a referir la segunda oleada a la que hace tiempo se viene enfrentando Europa.
Con estos ingredientes, el Dow Jones perdió un 0,6% hasta los 28.514 puntos. Un 0,7% se dejó el S&P 500, en los 3.488 puntos. El Nasdaq, más perjudicado, perdió un 0,8% en su gráfica, que caayó por debajo de los 11.800 puntos.
Desde el ámbito macroeconómico, la referencia con mayor peso de este miércoles fue el índice de precios a la producción. En tasa interanual, este indicador sube un 1,2% en septiembre, de manera que dobla el incremento del mes pasado y rebasa con holgura las proyecciones de los economistas.
Entre las protagonistas de la jornada se ganó un hueco Eli Lilly, que cotiza con pérdidas del 1% tras sumarse al grupo de farmacéuticas que han tenido que frenar el desarrollo de medicación frente al coronavirus. En este caso, la compañía ha apuntado hacia razones de "seguridad" para pausar los ensayos con su tratamiento combinado de anticuerpos monoclonales.
Banca
El foco del día siguió en los gigantes financieros que dan cuenta de la evolución de sus negocios en el tercer trimestre del año. El banco de inversión Goldman Sachs subió un 0,4% después de haber publicado un beneficio neto atribuido de 3.483 millones de dólares, el doble que en el mismo periodo del año pasado.
Y eso a pesar de que ha procedido a provisiones por 278 millones. Esto se explica gracias a que sus ingresos crecieron un 30% en el periodo, y en el caso de las comisiones la subida fue del 33% frente al ejercicio anterior.
Menos amables han sido los 20.450 millones de dólares en ingresos que ha notificado Bank of America (-5,3%), ligeramente por debajo de los 20.800 millones que vaticinaban los analistas. Los beneficios sí que han alcanzado las previsiones, con 4.900 millones y una cifra ajustadas por acción de 51 centavos.
El trago menos grato entre estas gigantes se lo bebían los inversores de Wells Fargo. Cayó un 6% al conocerse que el beneficio de la entidad hasta septiembre cayó a la mitad con respecto al año pasado y en 1.720 millones de dólares ni siquiera cumple con las previsiones de los analistas. Con unas ganancias ajustadas de 42 centavos por acción, el banco se queda a 2 centavos de colmar las expectativas vertidas sobre su negocio.