La pandemia ha sacudido con fuerza en todos los sectores, también en el de la gestión de activos. En medio de este escenario incierto, Finanbest se lanzaba en octubre a un novedoso sistema de comisiones en el que la fintech promete cobrar solo si sus clientes consiguen rentabilidad para sus inversiones.
El consejero delegado y fundador de Finanbest, Asier Uribeechebarria, hace balance para Invertia del arranque de esta estrategia, la evolución de la firma en estos meses del coronavirus y los retos a los que se enfrenta el bullicioso sector de los gestores de inversión automatizados. En cuya consolidación, por cierto, la firma está decidida a participar.
Uribeechebarria también aporta su opinión y experiencia en torno a temas de máxima actualidad en el mercado. El debate abierto entre gestión pasiva y activa, la guerra de comisiones ultrabajas, la reforma del sistema de pensiones que ha puesto en marcha el Gobierno y las finanzas sostenibles son otros de los temas que se abordan en esta conversación.
- En este tiempo de pandemia, muchos han señalado hacia la gestión pasiva como responsable de algunas distorsiones del mercado. ¿Qué le parece esta acusación?
Es verdad que la gestión pasiva pura puede acelerar ciertos movimientos en el corto plazo, tanto alcista como bajistas. Sin embargo, también influyen mucho en esto otros factores como el trading algorítmico, que cada vez va a más.
En cualquier caso, no somos talibanes de la gestión pasiva. Tenemos un pequeño porcentaje de gestión activa en las carteras precisamente para poder descorrelacionar de estos movimientos más bruscos. Sí creemos que la gestión pasiva está para quedarse, pero tiene sentido siempre y cuando tenga una parte de intervención activa del gestor.
La tecnología, la digitalización y el crecimiento de las economías emergentes son megatendencias de muy largo plazo
- ¿Qué importancia puede tener este modelo ante una rotación de carteras como la que empiezan a traer las primeras vacunas contra el coronavirus?
Nuestras carteras están diseñadas para el medio y largo plazo y basadas en fundamentales y análisis muy detallados de las distintas clases de activos. Esto incluye estudios de entre 20 y 25 años hacia atrás y revisiones de asignación cada dos meses por parte del comité de inversiones para estudiar si algo cambia.
La tecnología, la digitalización y el crecimiento de las economías emergentes son megatendencias de muy largo plazo. Aunque la Covid-19 es un tema espantoso que ha impactado a todos, no cambia estas tendencias, incluso algunas las acelera. Si intentas hacer 'market timing', lo único que puedes hacer es confundirte; pero si tú analizas los mercados y tomas decisiones de largo plazo, las cosas no cambian de la noche a la mañana.
Hay muchísimos temas que son muy coyunturales, como los detalles finales del ‘brexit’, que no creemos que vayan a cambiar los flujos fundamentales de la economía mundial. Por todo esto, seguimos invertidos de esa manera, que es la forma en la que creemos que tiene más sentido hacerlo a largo plazo.
- Y, ¿en qué se concreta esta forma de invertir?
Nuestras carteras tienen gestión pasiva y una parte en fondos de gestión activa. En los planes de pensiones, la cartera está formada fundamentalmente por fondos cotizados (ETF) y una parte de fondos de gestión activa. Esta diferencia se debe fundamentalmente a las cuestiones fiscales, por los productos que son traspasables en cada caso y resultan en unos costes más eficientes.
Al final, la clave no es demasiado compleja, se trata de diversificar en arquitectura abierta, global y con bajo coste
- ¿Cómo le ha ido a Finanbest con este planteamiento?
La verdad es que tenemos un plan de pensiones de renta fija mixta que está entre los líderes de rentabilidad en 2020 y en el resto de las carteras nos ha ido bastante bien. Desde nuestro lanzamiento, el objetivo era conseguir una rentabilidad sobre la media de un 3,5% y esto lo hemos mantenido incluso con todas las turbulencias. Por eso, defendemos que nuestro sistema es válido tanto para subidas como para bajadas.
Incluso en la cartera más agresiva, la Red, ganamos cuatro puntos frente al índice de referencia. Desde nuestro arranque, la rentabilidad de la cartera más conservadora es de un 1,5% anual, mientras que en otras alcanzamos hasta un 3,7% anual.
- ¿Cuál es su receta para conseguir estos números?
Me gusta decir que, al final, la clave no es demasiado compleja. Se trata de diversificar en arquitectura abierta, global y con bajo coste… lo que es realmente diversificar. Hacemos una buena asignación de activos y seleccionamos los mejores productos del mercado. Si sigues estas pautas, lo normal es que las cosas salgan bien. Este es nuestro abecé buscando una rentabilidad buena y razonable.
- ¿También los clientes les han acompañado durante la pandemia?
El sumatorio de este tiempo ha sido positivo, pero hay que reconocer que por miedo y por necesidades financieras -porque ha habido gente con situaciones muy complicadas- casi un 5% de los clientes con los que contábamos antes de esta situación solicitaron un cambio de cartera o, directamente, liquidez.
No obstante, aunque ha habido gente que se ha visto forzada a retirar, tenemos una alta satisfacción entre nuestros clientes. Hasta la llegada de la Covid-19 teníamos una caída de clientes de prácticamente cero. Hasta marzo, estábamos creciendo al 20% mensual.
- ¿Cuál es el perfil tipo de sus clientes?
Es gente con un perfil dinámico y un horizonte de inversión a medio y largo plazo. Son personas de entre 40 y 60 años con cierta cultura financiera, que cuentan con cierta trayectoria en inversión. Actualmente, nos movemos en algo más de 1.000 clientes con un patrimonio medio de 30.000 euros.
- ¿Qué acogida ha tenido el lanzamiento de la cartera Green?
Esta cartera responde a una de las demandas de nuestros clientes y del conjunto del mercado: una cartera sostenible. Está pensada para un perfil dinámico, con visión de largo plazo. La verdad es que hemos tenido bastantes entradas entre los clientes actuales y también la apertura de nuevas cuentas.
Actualmente, nos movemos en algo más de 1.000 clientes con un patrimonio medio de 30.000 euros
No es una cartera verde en puridad, porque está más enfocada hacia factores ASG. Esto es no solo a temas ambientales, también a sociales y de gobernanza corporativa. Lo relevante y diferenciador es que no hay greenwashing, porque somos expertos en construcción de carteras y hemos buscado una buena asignación de activos para que sea defensora de lo que dice, que cuente con garantías y certificados. Y sin olvidar las expectativas de revalorización, siempre con el mismo modelo de arquitectura abierta.
- La otra gran novedad de Finanbest en este año es el lanzamiento de un modelo de comisiones supeditado a la obtención de rentabilidad. ¿Por qué esta decisión en momento tan complejo?
Realmente es un factor diferencial. Solo cobramos comisiones si hay rentabilidad para el cliente. Ha habido casos similares en el mercado pero no con nuestro nivel de claridad y rotundidad. Solo cobramos si hay rentabilidad positiva, no vale con haber perdido menos que el mercado.
Creemos que, en estos momentos de incertidumbre y necesidad de seguridades, lo que el cliente pide es que demostremos que no somos como el resto. Queremos romper las ideas de que los gestores no aportan lo suficiente, de que cobramos aunque no lo hagamos bien… eso de que la banca siempre gana. Y, como creemos en nuestro modelo, lanzamos esta iniciativa.
- ¿Cree que es más sostenible que la guerra de comisiones en la que está inmersa el mercado?
Lo que hay que hacer es demostrar que lo que vendes vale; por eso estamos dispuestos a una comisión de éxito. Creemos en los costes bajos, porque es un camino para conseguir mejores productos, pero una vez que se ha explotado eso, hay otras vías que explorar. Debe haber una buena asignación de activos y acceso a buenos productos, porque seguir en los mismos de siempre por muy bajos costes que tengan… ¡estaríamos en lo mismo!
Una guerra de comisiones por sí sola, sin más consideraciones, no es el camino ni para nosotros ni para el cliente
Necesitamos un modelo basado en bajos costes, pero de calidad. Eso es lo que permiten precisamente los modelos digitales. Estoy convencido de que los productos de inversión, especialmente los de la banca, tenían un exceso de costes, pero el modelo de reducción de costes también tiene un límite.
En resumen, creo que el coste no es indicativo de calidad, pero una eliminación radical de costes sí que lleva a una reducción de calidad. Y es que no puede ser que no haya un mínimo de recompensa al trabajo que se hace. Una guerra de comisiones por sí sola, sin más consideraciones, no aporta nada. No es el camino ni para nosotros ni para el cliente.
- Después de estos cambios, ¿hay más novedades en el horizonte?
Hace solo unos días lanzamos una app en la que nuestro principal esfuerzo ha sido que resultase muy clara, de muy fácil uso y con altas medidas de seguridad. Lo que queremos es ofrecer productos de calidad a bajo coste gracias a lo digital.
Con estas premisas, estamos analizando constantemente la posibilidad de lanzar nuevos productos. De hecho, encima de la mesa hay varios proyectos en los que seguimos trabajando. Queremos que nuestros clientes vean que tienen un producto cualificado, diferente, de alta calidad, innovador, pero a bajo coste.
- ¿Hacia dónde apuntan en este sentido?
Todavía estamos viendo varias alternativas. Aún no hemos cerrado ninguna.
- Después de algo más de un año de la entrada de Varianza en su capital, ¿qué balance hacen?
Varianza tiene uno de los mejores equipos humanos que he conocido, de primerísima categoría y con una amplia experiencia en los mercados financieros. Gracias a contar con una persona de representación en el consejo de Finanbest, contamos con su apoyo para nuestros proyectos tanto desde el punto de vista financiero, como en el desarrollo de producto y corporativo.
Es un momento de consolidación del mercado y, sin duda, estamos interesados en operaciones, aunque ajustadas a nuestro tamaño
Su entrada ha sido clave para nuestro crecimiento, porque nos ha aportado mucho apoyo en términos de validación y trabajo conjunto para mejorar procesos internos, gobernanza y productos.
- ¿Se plantean salir de compras por el sector?
Creo es un momento de consolidación del mercado y, sin duda, estamos interesados en operaciones, aunque ajustadas a nuestro tamaño. Estamos abiertos a crecimiento orgánico e inorgánico.
Como se ha dicho tantísimas veces, España es un país de grandes empresas y demasiadas pequeñas empresas. Falta un tejido en medio de empresas medianas y nuestro sector no es una excepción. Los jugadores pequeños tenemos que ir creciendo y estamos abiertos a hacerlo también por esa vía.
- Con respecto a los planes de la firma, ¿sigue vigente el objetivo de entrar en beneficios en 2021?
Sí, no lo hemos reformulado, aunque ahora todo está dependiendo de que se recupere una cierta normalidad. Hasta marzo íbamos con las previsiones para cumplirlo ampliamente, pero habrá que ver cómo va desarrollándose todo. La situación se ha complicado para todos… Eso no se le escapa a nadie y nadie se libra.
- Ha señalado algunas de las dificultades que atraviesa el sector, ¿considera que las medidas de impulso a la digitalización que han tomado las administraciones les favorecen?
Me parece que el sector financiero debería tener más apoyo. Las empresas pequeñas de servicios financieros estamos fuera de muchas ayudas, porque en general las ayudas públicas van más dirigidas al sector industrial u otro tipo de servicios. Las entidades pequeñas hemos estado fuera de casi todos los esquemas de ayudas que hay en la administración española.
Sí creo que hay una labor importante de fomento del mercado de start-ups, pero no solo financieras, y tanto el Gobierno central como los regionales deberían involucrarse de forma más decidida en el apoyo a las empresas con base tecnológica, porque son el futuro de la economía, del país y de todos nosotros. Sin ninguna duda, hoy por hoy, el apoyo a nuestro sector sigue llegando más del ámbito privado que del público.
- Por seguir hablando del Gobierno, ¿qué opinión le merece la reforma del sistema de previsión social que se ha puesto en marcha?
No creo que vaya en buena dirección. Sin ninguna duda tenemos un problema de sostenibilidad con nuestras pensiones, pero no solo públicas. Y es que tenemos los planes privados y de empleo más raquíticos de la OCDE. Estos dos pilares son completamente raquíticos y el público tiene problemas de sostenibilidad muy graves por la pirámide poblacional y la generosidad de algunas prestaciones.
En contra de lo que se piensa, la fiscalidad española ya es muy poco generosa con los planes de pensiones privados. La reducción de exenciones para las aportaciones periódicas desde 8.000 a 2.000 euros no es una buena idea, porque había una clase media a la que se le daba una alternativa de ahorro que dejará de serlo.
Hay que avanzar hacia un sistema mixto con una apelación clara hacia la responsabilidad individual y pensiones públicas más ajustadas
Lo que se está viendo en cuanto al plan de empleo estatal no apunta bien ni en la asignación de activos. Si miramos un poco al Norte, Noruega tiene el mayor fondo de pensiones del mundo que no es que esté especialmente invertido en renta fija, sino que está muy ponderado hacia bolsa.
Creo que la situación actual exige una reflexión muy fuerte por parte de todos, porque se trata de un problema serio. Se está desincentivando la vía privada de ahorro para la jubilación y no hay planes de empresa, porque solo suman 25.000 millones de euros. Y eso es una miseria.
Cualquier cosa que se mantenga a base de impuestos y emisión de deuda es hipotecar a nuestros hijos. Si somos muy generosos con unos, les tocará pagar a otros; y creo que los jóvenes tienen derecho a no heredar un sistema tan débil como el que tenemos ahora.
Hay que avanzar hacia un sistema mixto con una apelación clara hacia la responsabilidad individual de cada uno y unas pensiones públicas más ajustadas.