La pandemia no ha frenado la creación de negocios emergentes. Si bien es cierto que durante los meses de marzo y abril se registraron datos duros sobre este mercado, un estudio elaborado por la Fundación Innovación Bankinter concluye que "la capacidad de adaptación del sector y el compromiso de la inversión" permiten plantear escenarios más optimistas.
El nivel de inversión en este tipo de proyectos experimentó un importante descenso en los últimos meses, pero durante el último trimestre ha registrado un aumento del 46,6% respecto al mismo periodo del pasado ejercicio, según señala el informe de Bankinter sobre tendencias de inversión.
A pesar de que no parece el mejor momento para lanzarse a emprender, cada vez son más las grandes empresas que habilitan programas para impulsar proyectos de innovación de todo tipo. Aunque la Covid-19 ha pasado factura a unos y a otros, la aparición de start-ups son también una oportunidad para todo tipo de inversores.
En cualquier caso, antes de lanzarse a invertir es preciso tener presente una serie de recomendaciones. Las start-ups son negocios emergentes, por lo que no existe una certeza plena de que la inversión genere una elevada e instantánea rentabilidad.
Antes de pasar al análisis de mercados, el inversor debe preocuparse por analizar su propia situación financiera. De esta manera, es posible alinear el tipo de inversiones, el volumen del ahorro que se desea destinar a esta causa y las perspectivas de rentabilidad.
Identificar el mejor sector
A la hora de plantear una inversión de este tipo, resulta crucial apuntar a las áreas que experimentan un mayor auge o que aportan unas mejores perspectivas a la hora de rentabilizar la inversión.
Aunque se trata de un sector muy cambiante, algo que se ha agudizado con la crisis sanitaria, precisamente el coronavirus también ha introducido nuevas tendencias entre las start-ups, lo que supone una mejor acogida entre los inversores.
No es extraño que de entre todas las strat-ups las más beneficiadas con aquellas que pertenecen al ámbito de servicios y productividad a empresas. Es decir, todas aquellas que se han esforzado por cubrir nuevas necesidades que las empresas han ido descubriendo a raíz de su migración al mundo digital.
Este sector está seguido del fintech, la movilidad y la logística; aunque también destaca el ámbito sanitario y el recreativo, que se ha visto potenciado por la situación sanitaria.
No confiarse y preguntar
Pese a la buena elección de un sector tras el análisis, invertir en start-ups supone entrar en un mercado que puede tener un alto componente de riesgo. Esto es así no solo porque el panorama pueda verse alterado y la "mejor" opción sea otra, sino porque la propia naturaleza de estas empresas emergentes no garantiza que estas vayan finalmente a prosperar.
Por ello es recomendable acudir a un experto para consultar previamente sobre este tipo de operaciones con un alto potencial de crecimiento, pero elevado nivel de riesgo.
Desde la aceleradora de proyectos de ISDI recomiendan formar parte de un club de inversión de un perfil similar al tipo de aportaciones que se espera hacer. Así, se logra aportar un mayor porcentaje de garantía en las transacciones, pues se accede a una serie de oportunidades de inversión que en solitario no serían posibles.
Diversificar siempre
El periodo de análisis para conocer cuáles son las mejores opciones a la hora de invertir o la pertenencia a un club que otorgue una posición preferente no está reñido con mantener una cartera diversificada. De esta manera, se evita que, pese a un buen análisis, finalmente la inversión no genere los resultados esperados por diversas circunstancias.
Sobre esto llama la atención Miguel Ángel Díaz Ferreira, director de ISDI Accelerator & IMPACT Accelerator, que frente a las inversiones tradicionales en las que se puede obtener una "rentabilidad más baja, una liquidez más alta y un riesgo menor", optar por una inversión en start-ups supone "un riesgo más elevado, una rentabilidad más alta". Por ello, concluye que "es interesante combinarlas adecuadamente".
Invertir en proyectos de start-ups es compatible con inversiones en acciones de bolsa tradicionales, criptomonedas, activos empresariales u otro tipo de bienes como los inmuebles.