Los planes de fusión de Quabit tienen un sabor agridulce para muchos de los accionistas de la inmobiliaria. Tales son los casos de inversores tan ilustres como Carlos Slim, Francisco García Paramés y César Alierta, que en virtud de la ecuación planteada por Neinor Homes, tendrán que asumir pérdidas latentes por hasta el 76% de su inversión.
Los números planteados por Neinor para la fusión se traducen en valorar la acción de Quabit en 0,424 euros. Esta cota supone una prima del 10% frente al precio medio de la inmobiliaria a lo largo del último trimestre, pero también implica un fuerte descuento frente a referencias de plazo más amplio. Incluso aunque sean relativamente tan cercanas como un año.
Este es el caso de Carlos Slim, que irrumpió en el capital de Quabit en la Nochebuena de 2019, si bien la inversión no se comunicó al conjunto del mercado hasta nueve días después. La sesión de su entrada, la inmobiliaria cerró a 0,94 euros por título. Si se toma como referencia esta cota, la penalización a asumir por el magnate mexicano alcanzaría el 55% de su inversión.
Inversión financiera
En el caso del empresario latinoamericano, la pérdida se puede calcular incluso en números redondos, ya que desde su entrada inversora no ha comunicado alteración ninguna de posiciones. A través del vehículo Inversora de Carso, Slim es dueño de 4,47 millones acciones de Quabit, equivalentes a un 3,006% de su capital. Valorar al precio propuesto para la fusión este paquete se traduciría en un quebranto de 2,3 millones de euros.
A pesar de que la operación supone una oportunidad de expansión de negocio, saneamiento financiero y revalorización en bolsa, las pérdidas latentes podrían provocar que Slim y otros accionistas institucionales de relevancia pusieran pegas a la fusión. Desde las dos inmobiliarias españolas se han limitado a recordar que su inversión tiene carácter “financiero”.
Paramés respalda
No es este el caso de Paramés, el gestor value más reconocido del mercado español. El fundador y presidente de Cobas AM es uno de los inversores que ha respaldado la operación, según informaron el lunes las dos inmobiliarias en el folleto de la fusión. El gallego parece convencido de que la integración sacará a la luz el valor que Quabit no había conseguido alcanzar en solitario.
La gestora de Paramés ya no aparece como accionista de referencia en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que solo contemplan posiciones por encima del 3% del capital de una cotizada para inversores nacionales. No obstante, fuentes de la misma han confirmado a Invertia que mantienen una inversión cercana a esta cota, aunque han preferido no cuantificarla.
Los últimos datos disponibles en Refinitiv, correspondientes a marzo del año pasado, señalan a Cobas AM como dueña de un 3,94% de Quabit. No obstante, en su irrupción en diciembre de 2017 se hizo con una posición equivalente al 4,93% de la cotizada. En la primavera de 2019 alcanzó máximos al abarcar incluso un 5,093% de su capital.
En el momento de su entrada, hace tres años y un mes, Paramés fue uno de los inversores que respaldó una de las muchas ampliaciones de capital celebradas por la ‘ladrillera’. Entonces, asumió un precio de 1,66 euros por cada acción, con lo que las pérdidas latentes por los títulos conservados desde entonces alcanzarían el 74,5% frente al canje propuesto por Neinor.
La sicav de Alierta
Más abultado aún sería el descalabro que asumiría César Alierta. El expresidente de Telefónica tampoco figura entre los accionistas de relevancia para la CNMV, pero su apoyo a la operación parece haber sido igualmente decisivo para sacarla adelante a pesar de las pérdidas acumuladas a lo largo de su trayectoria en Quabit.
En este sentido, hay que señalar de una parte que el folleto de la operación señala directamente a Augustus Capital AM como uno de los inversores institucionales que han mostrado su conformidad con la fusión. Esta es la entidad gestora actualmente responsable de Lierde, la sicav a través de la cual Alierta gestiona buena parte de su patrimonio personal y familiar.
El último informe trimestral publicado por este vehículo de inversión refiere una posición equivalente a unos 1,7 millones de acciones de Quabit. En cualquier caso, la entrada del antiguo primer ejecutivo de Telefónica se produjo en la ampliación de capital que la compañía celebró en mayo de 2018, como la propia inmobiliaria anunció a bombo y platillo en sus redes sociales.
Aquella vez, el precio de suscripción para cada acción se estableció en 1,8 euros, lo que supone el precio más elevado de entre los ya comentados. El descuento aplicado en la valoración para la fusión supone una merma del 76,5% frente al desembolso que Alierta y sus compañeros de sicav asumieron hace dos años y medio.
Las pérdidas para otros accionistas de mayor recorrido podrían ser mucho mayores. En este sentido, la compañía heredera de la antigua gigante Astroc llegó a rebasar los 1.990 euros por acción en términos comparables en pleno pico de la burbuja inmobiliaria española a comienzos de 2007. Aquí, el descuento es de nada menos que un 99,98% frente a la valoración señalada para la fusión con Neinor que promete espolear su negocio y cotización.