La voz de Álvaro Sanmartín es una de las más respetadas de España cuando se habla de macroeconomía y mercados financieros. No en vano, el economista jefe de MCH Investment Strategies vivió desde dentro de la Administración el nacimiento de la gran crisis financiera de 2008. En esos años, ocupó, entre otras responsabilidades, el cargo de director general de Análisis Macroeconómico y Economía Internacional en el Ministerio de Economía y Hacienda, durante el tránsito de Pedro Solbes a Elena Salgado al mando del mismo.
Su visión es una buena guía acerca de en qué marco se moverán los inversores en 2021. Su experiencia en la gestión y asesoramiento del capital de terceros es extensa. Se unió a MCH IS en 2013 como economista jefe y asesor de Alinea Global, un fondo asesorado por MCH, y anteriormente había fundado Equilibria Investments, la primera sociedad de inversión libre autogestionada autorizada por la CNMV.
En una entrevista concedida a Invertia, el experto apuesta por la “prudencia constructiva”, con un primer semestre renqueante dentro de un ejercicio cuya recuperación se acelerará a partir del verano. Eso sí, siempre y cuando una buena parte de la población esté vacunada dentro de los plazos establecidos.
¿Cómo prevé que sea el año 2021 a nivel económico: mejor que el 2020, igual o peor incluso?
A medio plazo, nuestra visión es positiva, aunque sigue habiendo riesgos a corto plazo. Por ahora, la carrera entre contagios y vacunas la van a seguir ganando los contagios. La sensación será de parón económico, con una actividad macro complicada en Europa y Estados Unidos, pero el Asia emergente lo va a hacer mucho mejor. Pero nuestro escenario central establece que, a partir de mayo, el virus lo tendrá más difícil.
Habrá menos contagios, la vacuna ya habrá llegado a los grupos de riesgo y la propia mejora del tiempo también influirá algo. Entre primavera y verano, aquí estaremos con las medidas restrictivas donde China ya lleva un tiempo, no de apertura total, pero sí parcial. Todo se acelerará en el segundo semestre, con un muy rápido crecimiento en Europa y EE.UU. Sobre todo, por los estímulos fiscales y monetarios que ya estaban. No se ha producido la temida crisis crediticia y el punto de partida precrisis ha sido mejor de lo que había en la crisis de las subprime.
¿Qué riesgo es el que más le preocupa?
Me preocupa, aunque es poco probable, que la vacuna no sea efectiva para alguna de las cepas y haya reinfecciones en algún país. Otro riesgo a vigilar es un posible retraso en la vacunación de tres a cuatro meses, que no nos pongamos las pilas en la vacunación y no haya las suficientes personas vacunadas cuando llegue el verano, porque para países como España que dependen tanto de sectores como el turismo, sería desastroso. En general, nuestra postura es de prudencia constructiva.
¿Qué pueden esperar los inversores de los mercados financieros?
Esta vez sí, la curva de deuda en EE.UU. subiría a final de año y la inflación aparecerá antes de lo que la gente espera. Pero eso no es malo, cubre parte del agujero que ha abierto el virus. Sucederá antes en EE.UU. porque la depreciación del dólar lo empujará y la inflación está algo más anclada. Luego lo veremos en Europa, en los tramos largos de la curva. Pero hay que conseguir que el euro no se siga apreciando.
En los próximos dos años, puede haber inflaciones por encima de los objetivos de los bancos centrales: 2% en Europa y entre 2,5% y 3% en EE.UU. Por lo tanto, hay un margen de subida elevado de los tipos de interés en EE.UU. y Europa.
En cuanto a la bolsa, los índices están ahora en fair value, a un precio justo. La bolsa, más que subir un 20%, va a rotar cíclicamente. El gran reto como inversor este año es cómo buscar la rotación cíclica sin depender de los bonos públicos.
Entre primavera y verano, aquí estaremos con las medidas restrictivas donde China ya lleva un tiempo, no de apertura total, pero sí parcial
¿Qué sectores salen tocados de la crisis y cuáles se recuperarán antes?
No creo en la reversión a la media como tal. No creo que una empresa energética se vuelva a vender porque pienses que el petróleo vuelva a 100 dólares el barril. Por el contrario, no veo que nada afecte estructuralmente al turismo, debería haber una recuperación rápida en él. No es lo mismo que ocurría con el inmobiliario en las subprime. Ahí había una sobreoferta que tuvo que ser depurada.
Otro sector importante como es la automoción, tampoco se va a ver muy afectado estructuralmente por la Covid. Quien esté bien posicionado en los fabricantes de coches limpios, la electrificación y la automatización, lo hará bien. En esa rotación prociclo, las materias primas lo harán bien. También la construcción y las infraestructuras, dado que va a haber mucho esfuerzo inversor con apoyo público.
Por otro lado, el entorno para los bancos también va a mejorar. Quizá no vuelvan a las valoraciones del pasado, pero sí cuentan con margen de mejora. Sobre todo, si prosiguen las fusiones y continúan generándose sinergias.
¿La transición presidencial en la Casa Blanca o el Brexit son ya riesgos del pasado?
Ambos fenómenos tienen riesgos a la baja, su riesgo es mucho menor que hace seis meses. Se ha demostrado que Trump era una fuente de alta volatilidad. EE.UU. con Biden va a potenciar los acuerdos comerciales a largo plazo con los socios. Es como si te hubieran quitado un cáncer y constatas que no has tenido metástasis. Por su parte, Reino Unido a largo plazo perderá tracción por su menor comercio con Europa.
¿Podrá España salir del hoyo?
De cara a 2021 y, sin ser mérito nuestro dado el alto endeudamiento de España, si la vacuna contra el coronavirus funciona bien, el rebote económico será brutal. Ahora estamos un 8% por debajo del PIB pre-Covid. Pero gracias a Merkel y al Banco Central Europeo, que han decidido ir a muerte con la compra de deuda, así como por el Fondo de Recuperación Europeo.
¿Teme que los 140.000 millones de euros del Fondo no se usen lo suficientemente bien en España?
Lo que espero es que el Gobierno presente un buen proyecto reformista y fiscal para 2022 y que los fondos de recuperación se usen correctamente, con competencia y transparencia. Que el dinero vaya a los mejores proyectos, y no con preasignaciones regionales, políticas o por ministerios.